Anif crea joyas con piedras de Almería sin tratar para conservar su vibración
Materiales de la Geoda de Pulpí o de la Granatilla, protagonistas de piezas de alta joyería
Hace alrededor de dos años Fina Almazán estaba paseando por La Rambla de Almería y decidió comprar unas piedras en bruto. Pensó que se les podía sacar mucho partido y engarzarlas de una forma diferente: «tal y como lo hacen los hippies de una forma que parece como una jaula pero desde el aspecto de la alta joyería».
La artista comenzó a darle vueltas a la idea y a trabajar en ella junto a su hija, hasta que le dieron forma y nombre a su proyecto, Anif. Fina lo define como una joyería biológica y energética debido al compromiso con el medioambiente de no agresión puesto que no se altera la estructura geométrica de las piedras escogidas para crear las piezas, huyendo de los paradigmas de la joyería tradicional. «Uno de los pilares de este trabajo es el recuperar en nosotros la esencia, de donde procedemos y a donde nos lleva una vida llena de experiencias y misterios», afirma la creadora.
Las joyas
Cuentan con distintas colecciones, cada una de ellas con distintas piedras recogidas en la provincia almeriense. La primera colección se llama ‘Luz’ y es de cuarzo, decidieron emplearlo porque consideran que los cuarzos son los que más luz aportan de todos los cristales. También tienen la colección ‘Fuego’ en la que la pieza principal es la pirita. En las nuevas colecciones emplean materiales de la Granatilla y de la parte anterior a la Geoda de Pulpí.
Ninguna de estas piedras están tratadas y son piezas únicas y exclusivas, ya que no les dan forma para pretender que la geometría y estructura no se altere evitando así que la piedra pierda su propia vibración. «Consideramos que cada piedra es igual que cada ser, cuando se altera puede embellecerse; pero ya no es lo mismo, es otra cosa. Pretendemos que la esencia se mantenga con la belleza del propio material y un engarce», aclara la madre.
A veces utilizan la técnica japonesa de pan de oro con la que pretenden cubrir las partes más estropeadas de la piedra. Con esto la pieza gana belleza y estructura energética: «es pan de oro de 24 kilates. El oro y la plata en su unión es lo que crean esa estructura energética que adquiere fuerza».
Tanto a la madre como a la hija les gustaría poder llevar esta parte de Almería a diferentes países.