¿Qué tienen de especial las patatas de Adra?
La tierra de la antigua ‘Abdera’ cumple unas condiciones especiales que dan como resultado un tubérculo con un sabor especial
De guarnición o como un ingrediente más de nuestros platos, las patatas son un elemento básico en nuestra alimentación que se ha colado en muchas casas. Son pocos los paladares que no se deleiten frecuentemente con el sabor de este tubérculo de muy diversas formas. Pero, ¿son todas iguales? Las patatas de Adra son unas de las más cotizadas de la provincia de Almería, pero, ¿qué tienen de especial?
La patata de Adra es una de la más tempranas, ya que se siembra en diciembre, a diferencia de otras variedades que se plantan al comienzo de primavera. Esto se debe a que depende mucho del clima de cada lugar, y en zonas más cálidas es posible adelantar el inicio del ciclo a las últimas semanas de invierno, como es el caso del municipio abderitano.
Una mata que se cuida con esmero durante sus cuatro meses de crecimiento hasta que sus hojas se tornan a un color amarillento. Dentro de estos cuidados es muy importante mantener la zona limpia de malas hierbas, ya que estas pueden perjudicar nuestra cosecha. Para ello, en Adra son muchos lo agricultores que cubren los caballones, las acumulaciones lineales de tierra donde se plantan las patatas, con plásticos. Estos tienen una doble función, la primera es mantener la zona limpia de hierbas adventicias y, la segunda, es mantener la humedad para que la patata crezca más.
La voz de la experiencia
Joaquín Ginés lleva años sembrando patatas en su invernadero ubicado en la zona de Adra conocida como ‘La Habana’. “El único misterio que tiene es que se labra bien la tierra con estiércol gordo y se le da agua, que la patata no pase sed”, nos cuenta. Así, hemos podido observar cómo algunos de los invernaderos de siembra de patata están cubiertos con tela en lugar de con plástico. Esto se debe a que la tela deja pasar el aire y la lluvia de manera uniforme.
La patata de Adra dura toda la temporada hasta nueva siembra apta para el consumo si se encuentran en un lugar adecuado donde no les de la luz. Pero antes, es necesario también que “no se usen abonos rápidos que las pudren, y se críen con estiércol”. “Siendo así pueden aguantar mucho porque se arrugan y no se pudren”, describe Joaquín.
La tierra tiene un papel muy importante en la calidad de estas patatas. También es llamativo el hecho de que la tierra no descanse, ya que Joaquín nos cuenta que se plantan patatas todos los años. Y es que la nueva cosecha nace de las patatas de la cosecha anterior: “se cortan <<en tajá>> y cada corte tiene que llevar una yema”. Las yemas o “yetas” como muchos lo llaman en Adra son las raíces que le salen a las patatas cuando tienen tiempo. Caso diferente es cuando se plantan patatas en verano, que se usan las más pequeñas de la cosecha anterior y se plantan enteras porque “cortadas se pudren”.
Una serie de factores tanto de la tierra como de su cuidado que hacen que esta patata tenga un sabor especial y sea una de la más demandadas.