Cultura y ocio

‘El Bombo’: «La música es adictiva y no sé contenerme cuando me chuto escenario»

Diego Teruel presenta a la banda que pone melodía a sus letras más personales creadas en tiempos difíciles

Un pobre flaco de provincias que utiliza la música con un fin terapéutico. Así se describe ‘El Bombo’ al final de esta entrevista. Sin embargo, tengo la suerte de conocerlo bien y de poder completar esta presentación. Es cierto que es flaco y de Antas, pero en el escenario se vuelve gigante y la provincia se le queda pequeña cuando se mueve por sus tablas. Puro nervio sin camiseta, micro en mano agarrado con fuerza y una voz que sobrepasa los micrófonos. Así es Diego, el cantante que pone su garganta al servicio de ‘El Bombo’.

Diego Teruel es uno de los vocalistas del consolidado grupo almeriense ‘No Potable’. Ahora, ha iniciado este nuevo proyecto que surge de la necesidad de sacar su faceta musical más personal en tiempos difíciles. Temas expresivos y rabiosos, con otros de vertiente acústica en los que hacen una reinterpretación de sus propias composiciones.

La banda, que recibe el nombre del apodo de su vocalista, ‘El Bombo’, está a punto de debutar en Almería y hemos querido hablar con él para que nos adelante como será la cita en la que compartirá escenario con el el grupo ‘Ciudad Jara’ el próximo viernes 30 de julio en el ciclo de conciertos Cooltural Go!

Todavía no hemos tenido el placer de veros en directo en la provincia. ¿Cómo son ‘El Bombo’ en vivo? ¿Qué crees que conquista al público?

Pues he de confesarte que los que más expectantes están por saber cómo suena la maquinaria en directo somos nosotros, porque no tenemos ni idea; en la cochera suena cojonudo, eso sí. También he de confesarte que el placer de actuar en la provincia es nuestro. En semejante escenario y en los tiempos que corren… Hace unos meses mis canciones solo estaban en mi dispositivo móvil, mal maquetadas y solo eran reflexiones de un «colgao».

Ahora, gracias a mi banda, a mis amigos, esto tiene otro color y estamos deseando dispararlo en casa. Al público creo que le agrada la conexión que tenemos entre nosotros mismos. Somos una banda de amigos, de atracadores, de vivalavidas y, por último pero no menos importante, una banda de música. Además, no somos solo los músicos, detrás tenemos gente cubriéndonos las espaldas que se merecen el cielo. Yo se regalaría a ellos y a ellas. Creo que a la gente le gusta pasárselo bien y ver que le ha hecho pasárselo bien un tipo que podría ser su colega del barrio.

Debutaste con ‘Yo quiero cantar’ un tema en el que cuentas tu ambición musical desde pequeñito, ¿ha sido un camino difícil?

Para nada. He probado otros trabajos y yo me quedo con este. Yo quiero cantar hasta encima de un fregadero, como decía uno de mi pueblo. No es un camino difícil, es un camino que no existe, se va formando diariamente y depende de los objetivos de cada uno. Para mi el objetivo es dejar algo escrito para el día de mañana. Algo en lo que otros puedan apoyarse o con lo que puedan evadirse. Me gustaría morirme cantando, porque cantando es la única manera en la que puedo parar mi cabeza por un rato.

También tengo la suerte de que, como ya he dicho, mi camino musical ha ido amparado siempre por gente como Pedro Artero, el mejor guitarra del mundo, que es de mi pueblo y tocamos junto desde los 14. O mi primo Liebres y Suricato al sonido, para que parezca que sé cantar. O Rocky, Diego Haro, Rafa Linares… Y, por último, gracias a la educación que me dieron mis padres, El Bombo y La Loreto, no necesito mucho dinero para sobrevivir al mes, por lo que me voy buscando la habichuela para tener tiempo que dedicarle a la música. Mi terapia.

Después de más de una década encima de los escenarios, ¿ha cambiado en algo tu forma de hacer y entender la música?

La carretera te enseña muchas cosas. Con ‘No Potable’ hemos tenido la suerte de ir a muchos sitios, y de estar detrás del escenario con profesionales a los que admiras y de los que tratas de aprender. Cuando eres un niño quieres llenar estadios, ser rico, famoso y gustarle a las niñas. Nosotros no hemos conseguido nada de eso en diez años, y, a partir del cuarto, ya sabíamos que no era lo que queríamos.

Si seguimos dejándonos los cojones por esto es por otra cosa. No sabría decirte por qué, y mis compañeros tendrían que dar cada uno su opinión. Yo creo que es porque el escenario es una droga muy adictiva. No obstante me siguen diciendo desde que era adolescente que tengo que aprender a dosificarme. Y es verdad, se me va la olla. Pero es que no sé aprender a contenerme cuando me chuto escenario. Me gustaría vivir debajo de un altavoz e ir de verbena en verbena.

En cuanto a las letras, Diego, ¿tú eres quien las escribe? ¿De dónde nace la inspiración?

El tema de ‘El Bombo’ nació porque empecé a hacer canciones hace unos años que no veía “apropiadas” para ‘No Potable’. De hecho jamás pensé en grabarlas. Eran canciones donde sacaba una parte mas personal. Sin embargo, al llegar la pandemia y frenar los ‘No Potable’, casi me muero. Yo y todos. Esta pandemia ha destrozado a los artistas en todos los sentidos. Necesitaba curarme y empecé a grabar en casa los temillas.

Luego un enfermero que trabaja en Inglaterra, se llama Emilio, lleno de tatuajes y que es de Antas, me dijo que esos temas había que grabarlos si o si. Por culpa de ese tipo y otro que mide dos metros, Juanma de Los Gallardos, ahora estoy grabando esos temas que hice sin apenas saber tocar la guitarra, en un estudio salvaje, Brutal Sound Studios en Cuevas del Almanzora, y con los mejores músicos de la comarca.

Muchas de las letras parecen que están escritas durante la pandemia, me lo dice la gente, “Se nota que estabas encerrado”… ¡La ostia! Pues están escritas 2 años antes. La única que escribí en pandemia es Hierba Quemá. Será que estaba ya un poco atrapao antes de todo esto (risas). Lo curioso es que casi ninguna la escribí en papel, las iba memorizando conforme las hacía. Así que no se donde carajo estaba la inspiración, ni sé si eso existe o a lo mejor hay que buscarlo.

¿Cuánto hay de corazón y cuanto de cabeza en las canciones?

Para saber eso tienes que venirte al directo. En las que son cabeza me enfado, en las que son corazón lloro. Por eso, hay que verlo con los ojos, o con los oídos (risas).

¿Cuándo sabes que una canción está terminada para aparecer en un disco de ‘El Bombo’?

Pues, como te he contado, jamás pensé que fuera a hacer un disco o a grabar esas canciones en un estudio. Así que las finiquitaba cuando me quedaba saciado o consideraba que decía todo lo que quería decir. Ahora, que toca grabarlas y cantarlas, es cuando dices: “Jope, que corte”. Te estás desnudando en público. Pero a la vez da mucho morbo.

Y hablando de discos, ¿para cuándo el disco debut?

Pues ahora estamos trabajando en eso. Empezamos grabando los temas sueltos y subiendo «cosicas» a las plataformas. Tenemos pensado subir muy pronto algo nuevo y, en nada, anunciar algún conglomerado de canciones. No sé si será un disco, dicen que eso ya no se lleva. A lo mejor hago un disco solo por eso, porque ya no se llevan, por joder (risas).

¿Cuál es la mayor locura que has cometido por la música?

No puedo decirlas por aquí porque esto lo va a leer mi familia (risas). Quizá, dejar algún trabajo que podría “haberme estabilizado”, pero eso no lo consigue un trabajo.

Mal comer, mal vivir, mal dormir, mal todo… pero de puta madre. Ojalá estuviéramos en la carretera para siempre.
Somos unos afortunados. Mi padre también se pasa la semana en un camión viajando de España a Bruselas, seguro que él ha cometido más locuras para poder darnos de comer. Quien se queje de esta vida pudiendo vivirla o malvivirla es para pegarle un sopapo.

¿Cuál ha sido o es el mejor punto de tu carrera? ¿Y el peor?

El mejor punto siempre es en el que estás. ‘No Potable’ volverá al ruedo cuanto antes, pero este proyecto me tiene ilusionado. Es otra música diferente, otra puesta en escena y otra forma de enfocar la música.

Ahora tengo dos sitios, ‘No Potable’ donde libero a la bestia, y ‘El Bombo’ donde no puedo esconderme. Tengo que ser yo, y eso me da miedo a veces. También es un proyecto para experimentar; no quiero tener millones de seguidores, quiero llegar a gente de forma natural, por lo que no es un proyecto comercial.

El peor punto ha sido durante esta pandemia, como he dicho antes, nos ha destrozado a nivel profesional y a nivel creativo. Ha sido una represión absoluta y un atentado contra los artistas y la gente que trabaja en el mundo del espectáculo. Y seguimos jodidos, claro que seguíamos. Tendríamos que hacer un concierto enfrente de la casa del Ministro de Cultura con todos los equipos de sonido de España a tope enfrente. Bueno de su casa o de quien tenga la culpa, eso ya que lo decida otro/a, yo pongo los bocadillos.

¿Qué te dicen ‘tus instintos’ de tu futuro en la música?

Mis instintos me dicen que no pare. Por eso, a veces, me cago en mis instintos.

Te vamos a ver en el escenario del Cooltural Go! junto a Ciudad Jara, ¿qué podemos esperar de este concierto?

Pues los Ciudad Jara te aseguro que van a hacer un conciertazo, porque tienen uno de los mejores directos del país actualmente. Nosotros no lo sé, pero nos vamos a dejar el corazón allí. Eso seguro. Es un concierto extraño para mí, porque es la primera vez que se van a escuchar las canciones. Va a ser como nuestro primer concierto en el pueblo con Spring Onion, cantando “Soy una Iguana”. Búscalo en Youtube y verás (risas). Lo que espero es que la gente disfrute, solo eso. Que se olviden del circo que hay montado durante un ratico.

Para terminar, ¿qué le dirías a alguien que nunca ha oído tu música para que se anime a pegarle una escucha a los temas que formarán parte de tu primer trabajo? ¡Camélate al lector!

Pues le diría que le dieran una oportunidad a este pobre flaco de provincias que solo quiere utilizar la música con un fin terapéutico y ofrecérselo a los demás, por si a alguien le sirvieran, igual que a él le sirven y sirvieron otros creadores a lo largo de su vida.

Nuria Faz

Periodista especializada en información y comunicación científica, y en marketing y comportamiento del consumidor por la Universidad de Granada. Fotógrafa de título y de oficio. Amante de la música y los festivales. El Cabo de Gata es su lugar favorito del mundo, amor que se tradujo en un documental ganador del Premio Nacional de Periodismo Francisco Valdés 2017.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba