Los crímenes de Almería que se hicieron poesía
Versos manchados en sangre que hablan de la muerte sobrevenida
Muchos sucesos y asesinatos sangrientos han inspirado a poetas a escribir sobre sentimientos más melancólicos: tristeza, desesperanza, dolor, crueldad… Descubre algunos versos que hablan de la muerte. Parte de esta poesía surge de crímenes muy conocidos en Almería.
El horroroso crimen de Leona
Francisco Leona Romero, apodado el ‘Sacamantecas’ o ‘El Hombre del Saco’, era conocido por el crimen de Gádor al asesinar a un niño de siete años, Bernardo González. Lo secuestró metiéndolo en un saco, le extrajo la sangre para dársela de beber a un enfermo de tuberculosis y la manteca para untársela (ante la suposición de que este ritual la curaba) y finalmente le golpeó la cabeza con una piedra.
«El día ocho de mayo
un crimen se cometió,
el crimen más horroroso
que en la historia se escribió.
Iban dos hermanos juntos,
de ocho años el mayor
y aquel viejo renegado
al más pequeño engañó.Llevaba un saco en prevención
Poema de tradición oral de Almería (zona del alto río Nacimiento y las sierras de
y al pobre niño en él metió
y en un cortijo cerca de allí
todos le esperaban para el festín.
Como inocente cordero
lo iban a sacrificar,
y en su tierno corazón
pinchaban sin caridad.
Un jarro trajo el labrador
para la sangre del corazón,
y así que toda salió
el criminal se la bebió.
Lo cogió Leona
y a un barranco lo llevó.
con sus manos criminales
las mantecas le sacó.
Y entonces dice Leona:
tu no puedes más que yo.
Y agarrando una fuerte piedra
la cabeza le aplastó».
Filabres-Alhamilla).
Mi viva muerte
Si hablamos acerca de poesía sobre crímenes en Almería, es inevitable mencionar el suceso de Níjar, en El Cortijo del Fraile. Josefina Góngora escribió ‘Mi viva muerte’ dedicado a Paquita Cañadas (su tía abuela) que vio morir a su amado con solo veinte años en el popular asesinato que también inspiró a García Lorca o Carmen de Burgos. Nunca pudo reponerse de aquella tragedia, quedando muerta en vida, motivo del título del poemario.
«Aquí vivo mi triste condena,
y miro la tierra, el sol, la luna,
una piedra inerte.
Yo estoy aquí, aguardando que me visiten la muerte,
en vano espero y pienso, como la flor que se marchita
que si vivo sin ti, no quiero perderte, muerte.
Mi corazón no necesita la luz celeste
que la luna vierte,
pero yo que tanto sufrí, destrocé mis sentidos.
Le grité a la luna, llorando sobre tu cintura.
En duelo de rosas y azucenas manchadas de sangre inocente
derramada por la mano traicionera en la oscuridad de la noche,
cómplice inconsciente.
Me llenó de palabras amargas y me dejó vivir
lo que para mí se hizo una eternidad.
Una noche dentro de mi alma, para siempre oscura,
como piedra inerte.
Ni conoce el sol, ni conoce la luna
ni su luz celeste, solo mi viva muerte».
El Crimen
Jose Ángel Valente, era un poeta afincado en Almería que dejó un gran legado de poesía y hasta una casa-museo que nos ayuda a conocer su vida y obra. El siguiente poema no sabemos si fue un suceso real (escrito en el anonimato), ficticio o inspirado en algún crimen que leyó en alguna crónica, pero también es bastante turbio.
«Hoy he amanecido
como siempre, pero
con un cuchillo
en el pecho. Ignoro
quién ha sido,
y también los posibles
móviles del delito.Estoy aquí
tendido
y pesa vertical
el frío.La noticia se divulga
con relativo sigilo.El doctor estuvo brillante, pero
el interrogatorio ha sido
confuso. El hecho
carece de testigos.
(Llamada de portera,
dijo
que el muerto no tenía
antecedentes políticos.
Es una obsesión que la persigue
desde la muerte del marido).Por mi parte no tengo
nada que declarar.
Se busca al asesino;
sin embargo,
tal vez no hay asesino,
aunque se enrede así el final de la trama.Sencillamente yazgo
‘A modo de esperanza’ (1955)
aquí, con un cuchillo…
Oscila, pendular y
solemne, el frío.
No hay pruebas contra nadie. Nadie
ha consumado mi homicidio».
También el poema ‘Razón de ser’ de José Antonio Santano, dedicado a Antonio Muñoz Zamora, habla de la dura muerte en el campo de concentración Mauthausen donde perdieron la vida 143 almerienses.