La historia de las ‘Minas de Oro de Rodalquilar’
Canteras de alumbre, plomo, plata y muy poco oro para la ‘Planta Denver’
En el municipio de Níjar encontramos una antigua área minera abandonada en mitad de las montañas de la caldera volcánica de Rodalquilar. Un lugar desgastado por el tiempo y del que aún podemos observar algunos resquicios de historia de lo que fue la vida minera en las viejas ‘Minas de Oro de Rodalquilar’.
Aunque las explotaciones de las canteras de la zona comenzaron con la extracción del alumbre, en el siglo XV, el plomo y la plata, en el siglo XIX, no fue hasta principios del siglo XX cuando se creó la primera planta de función de oro en la comarca, ‘Planta Dorr’. La empresa mantuvo la explotación con éxito hasta que en 1936 las minas son incautadas y cerradas por la Guerra Civil. En el año 1956, entro en el negocio la empresa norteamericana ‘Adaro’, quien aportó la denominada ‘Planta Denver’ situada muy cerca de la ‘Planta Dorr’. El propio Francisco Franco en persona inauguró las instalaciones.
La carretera ‘El Cinto’
Aparcamos el vehículo y subimos por la vieja vía de tierra hasta llegar a la conocida como la carretera ‘El Cinto’, creada en 1956. Éste camino servía de comunicación entre las explotaciones de oro del ‘Cerro del Cinto’, donde en 1948 ya descubrieron que albergaba el preciado mineral, y la ‘Planta Denver’.
A nuestra derecha, podemos contemplar a lo lejos las laderas de la montaña de enfrente ricas en alumbre y oro. Allí se observa aún una antigua galería subterránea que formaba el ‘Tollo de la Filipa’ y restos de lo que fue la ‘Planta de Abellán’.
El ‘Cerro del Cinto’ es una explotación a cielo abierto, mucho más productiva y con menor riesgo de silicosis para los mineros, la cuál era bastante común en aquellos años. Se introducían barrenos de dinamita y voladuras, con unas grandes palas y tolvas se llenaban los camiones de material aurífero en bruto.
Trituradora de mandíbulas
Regresamos sobre nuestros pasos por la vieja carretera con quitamiedos perfectamente conservados, esparto y plantas de alcaparras, con filones de azufre y otros minerales en multicolor a izquierda y derecha de la ruta hacia la ‘Planta Denver’.
Antes de bajar por las ruinas de la planta hacemos una parada en la vieja báscula donde pesaban las toneladas de material que portaban los camiones. Esa tierra en bruto pasaba a una tolva de recepción de gruesos. Ahí existía una gran máquina ‘Trituradora de mandíbulas’ que reducía el tamaño para que pasaran a las plantas de molturación.
La tierra molida pasaba por gravedad por las cintas transportadoras a otras tolvas y con molinos eléctricos de cono se machacaban con agua y obtenían arena más fina. Esa mezcla pasaba a los tanques de espesor donde perdían parte del agua.
Con un tratamiento de cianuro y polvo de zinc, llegaba esa pulpa a los tanques lavadores mientras que el lodo estéril lo desechaban en la escombrera. En la actualidad se ha regenerado ese desierto sin vida y solo queda una pequeña muestra. Podemos ver especies arbóreas y plantas silvestres de la zona.
Muy poco oro
La solución pasaba a la ‘Planta PAF’ (Precipitado-Afino-Fundición) donde terminaban de separarla con cinc para ser fundida y moldeada. Se fundía en lingotes de 24 kilates, que se guardaban en la caja fuerte y de ahí a las cámaras del Banco de España.
En el año 1966 cerró definitivamente dado que no era rentable esta explotación que sólo arrancaba 4 gramos de oro por tonelada tratada. Desde 1956 a 1966 la ‘Planta Denver’ extrajo 3.830 Kilos de oro, lo equivalente a 306 lingotes.
En plena explotación llegó a tener 600 trabajadores entre productores y directivos. Proporcionaba mucha riqueza a la comarca. Pero desde su cierre, los trabajadores tuvieron que emigrar a otras empresas o explotaciones.
Aunque las instalaciones han sido abandonadas y deterioradas poco a poco, la zona de las ‘Minas de Oro de Rodalquilar’ han servido como plató para muchas productoras del cine de Hollywood. ‘¡Agáchate, maldito!’ (1971), ‘Los guerreros del sol’ (1986), ‘Indiana Jones y la última cruzada’ (1989), ‘El misterio de Wells’ (2003), ‘Zomerhitte’ (2008) o ‘Exodus: Gods and Kings’ (2014), entre otras muchas.
Tras pasar a propiedad de la Junta de Andalucía se han acondicionado sus naves a centros de interpretación y edificios administrativos del Parque de Cabo de Gata.
La casa del minero
El viejo poblado minero proyectado por el arquitecto almeriense Góngora Galera se encuentra medio en ruinas, vallado y sin cubiertas para evitar que sea okupado. Solo se conserva en buen estado la Iglesia.
Las fachadas de las casas bajas de los mineros eran blancas con cornisas amarillas, un arco en la puerta de entrada, dos ventanas con los marcos verdes, rejas y persianas de plástico duro.
La mayoría tiene en la parte frontal de la casa un ojo de buey y un pequeño patio en la parte trasera de la vivienda. También se construyó en el poblado de las ‘Minas de Oro de Rodalquilar’ una cantina, escuela y economato.