Almería, tierra de contrastes
Según la prestigiosa revista de viajes National Geographic “Almería tiene tanto que ofrecer que la hacen un destino único en el sur de España”
Según la prestigiosa revista de viajes National Geographic “Almería tiene tanto que ofrecer que la hacen un destino único en el sur de España”. Es totalmente cierto. Y es que esta provincia es mucho más que sol infinito y bellísimas playas. Es una tierra de contrastes habitada por gentes con una idiosincrasia sin par que merece la pena descubrir y experimentar.
Resguardada por las sierras de Gádor y de Alhamilla, Almería ocupa el centro del golfo que lleva su nombre. La capital se extiende bajo la protección de su Alcazaba (la mayor de España y Europa), impresionante monumento árabe desde el que se divisa toda la bahía, conformada por playas de fina arena que se prolongan hasta el maravilloso Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Como curiosidad, destacar que Almería ostenta el honor de ser la provincia con más horas de sol de todo el continente, unas 3.200 al año. Esta luminosidad le confiere a su diversidad paisajística una paleta de variados colores que van desde las tonalidades azuladas de sus 217 kilómetros de costa hasta los tonos ocres del misterioso desierto de Tabernas, o el blanco de los bellos pueblecitos que salpican Las Alpujarras, pintoresca comarca de singular belleza e increíbles paisajes, realmente fascinante.
Gastronomía de Almería
Y como seguramente preguntaría mi admirado periodista José María Íñigo: ¿Aquí qué se come?
Pues aparte de todo lo que Almería ofrece al viajero, que no es poco, lo que más asombra, por desconocida, es su exquisita gastronomía, obviamente de clara influencia marinera. En la isla de Alborán se capturan los más deliciosos meros, rapes y boquerones del litoral. Mención especial merece la excelentísima gamba roja que se pesca en la localidad de Garrucha, considerada por muchos gourmets la mejor del Mediterráneo. También son deliciosos el gallopedro o pez San Pedro, la brótola o la bacalaílla. Asimismo, las recetas tradicionales (caldos marineros, migas, gurullos, escabeches, caldos de pimentón, zarzuelas y arroces) conviven en feliz armonía con las especialidades más vanguardistas que actualmente elaboran cocineros emergentes, sin duda futuras promesas de los fogones.
Tampoco hay que olvidar los excelentes jamones y embutidos de Gérgal y Serón, ni, por supuesto, el exquisito aceite de oliva virgen elaborado en el ya mencionado desierto de Tabernas o en las diferentes almazaras de la provincia.
Capítulo aparte merece el Vino de la Tierra que se elabora en cinco zonas bien diferenciadas: Desierto de Almería, Laujar-Alpujarra, Ribera del Andarax, Norte de Almería y Sierra de Las Estancias y Filabres.
Frutas y verduras
Y no puedo dejar de mencionar que Almería es por excelencia tierra de frutas y verduras: tomates, pimientos, pepinos, judías verdes, calabacines, berenjenas, melones y sandías. De sus huertas e invernaderos se exportan cada año unos 2,7 millones de hortalizas.
Pero quizás lo más revelador para el visitante, gastronómicamente hablando, sea el arte del tapeo. En Almería el goloso y estimulante “ir de tapas” es casi una religión: en los innumerables bares se ofrece junto con la cervecita o la copa de vino una tapita, pudiendo elegir entre una conspicua variedad de especialidades. De esta manera, no es de extrañar que los almerienses, dependiendo qué bocados se ofrezcan, se decanten por éste o aquél establecimiento.
De hecho, Almería fue Capital Española de la Gastronomía 2019, reconocimiento otorgado por la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET), por promocionar la gastronomía como uno de los principales atractivos para el turismo de España.