Cultura y ocio

Lúa Sua: “Me inunda una mezcla de amor por mi tierra y una profunda pena”

La cantautora ha vuelto a Almería, reencontrándose con sus orígenes y dedicando a la ciudad algunas de sus canciones

En momentos como este, llenos de confusión, de superficialidad, de transiciones de pensamiento y de inmediatez, se necesita música que te ponga los pies en el suelo y te diga “lo que hay”. Laura Insua, conocida como Lúa Sua, es una artista multifacética que, con la canción de autor pone su poderosa voz a merced de su discurso. Esta cantautora feminista ha estado muchos años afincada en Madrid, y ahora ha regresado a su tierra, a Almería.

Toca la guitarra, pero considera que su instrumento principal es la voz. Lo hace con la personalidad que se intuye solo con verla. Tras su flequillo de dos colores, una cabeza que escribe letras; unas que se quedan en papel en forma de poemas, y a otras les pone melodía. En persona estremece en la garra que desprende en cada verso y en cada una de las revoluciones que llevan implícitas sus palabras. En Almería is Different hemos hablado con ella para conocer todos los detalles de su disco ‘Sur’, que espera paciente para presentarlo en directo.

¿Qué importa más en tus temas, la música o la letra?

Depende. En mis temas para mí lo más importante es la letra y la voz. Pero no quiere decir que de repente no pueda hacer un tema donde sea más importante la música, o donde crea que la música sea igual de importante que la letra. Pero para mi siempre ha sido una prioridad darle mucho espacio a la voz y a las letras, y eso es una cosa que se repite mucho en mis temas. También es cierto que cuando escucho otra música me fijo en las letras.

¿Qué relación tienes con el flamenco?

Como andaluza que ha crecido en Almería creo que ya, desde ahí, tengo una relación con el flamenco. Yo no era muy consciente de esto hasta que me he ido a vivir fuera y me he dado cuenta de que estoy más unida al flamenco de lo que está otra gente en otros lugares. También es cierto que mi abuelo escuchaba bastante flamenco y asistía a peñas y, de alguna manera, esto me debió llegar de él. Aunque en el núcleo familiar no se ha respirado mucho ambiente de flamenco, ha sido algo que he absorbido más otros lugares.

¿Cuáles son tus influencias para hacer música? Tanto como músicas como luchadoras

Todo lo que escuchamos en nuestra vida nos influye de alguna manera, aunque haya ciertas corrientes de música o personas que nos llegan de una manera más especial. Desde mi adolescencia empecé a escuchar punk y punk-rock, y ha estado muy presente en mi música, sobre todo en los primeros años. La escena madrileña en la que yo me movía en aquel momento también me influyó.

En este periplo musical han ido cambiando ciertas cosas. Aunque en el fondo quedan posos de lo punk, ya no es algo que esté tan presente. Podría hablar de gente más concreta que me ha influido como Gata Cattana, Ede, María Arnal… Además, coincide con que son mujeres y una de las cosas a la que yo empiezo a prestar más atención cuando llega el feminismo es a todas esas mujeres que son invisibles en diferentes áreas de la vida, incluido en lo musical.

Al final empiezo a tener más mujeres que se convierten en referentes para mí. Silvio Rodríguez siempre lo ha sido también y me encanta, pero me doy cuenta de que la mayoría de referentes en los últimos años son mujeres, a diferencia de la época en la que escuchaba punk. Esas mujeres que hacen música que pareciera que a nivel político no están haciendo nada especial y, sin embargo, están haciendo muchísimo. Porque están colocándose en una escena que históricamente ha estado masculinizada y hay que darles el reconocimiento que merecen.

¿Dónde buscas la inspiración para tus letras, qué hay detrás?

La inspiración para mis letras la busco en lo que siento y en lo que me va pasando en la vida. Para mi es difícil hablar de algo que yo no he digerido y me ha acompañado un tiempo. Entiendo que hay gente que tiene facilidad para esto y qué guay, pero a mi me cuesta mucho hacerlo. Por ejemplo, hace poco he hecho un tema sobre la Guerra Civil y no es porque yo lo haya vivido ni mucho menos, pero es un tema que a muchas personas nos acompaña, aunque seamos jóvenes.

También hay una historia muy silenciada de memoria en el estado español. Este tema fue saliendo, hasta que un día me fui a hacer una ruta por las trincheras, me cuentan unas historias y yo me quedo rumiando todo esto. A los meses me salió un tema con una letra relacionada con toda esta historia. Esto puede pasar, podemos escribir de cosas que no hayamos vivido, pero a mi si que me pasa que siempre necesito un componente emocional. Un punto en el que las cosas me atraviesan de tal manera que no puedo ignorarlas, empiezan a crecer dentro de mi y es el momento de volcarlo sobre un papel.

¿Qué te hace diferente entre ‘cantautores’?

No sé si hay algo que me haga diferente. Quizá veo que con el tiempo mi deriva ha sido más hacia una música, que si bien sigue teniendo como eje central la crítica social, ha derivado hacia tintes más andaluces. Creo que los cantautores normalmente no se mueven en esas líneas. Podemos hablar de una línea de cantautores clásicos que vienen desde la Transición, con una línea común que no pasa por lo andaluz. En ese sentido yo me saldría a nivel de “estética musical” de lo que ellos hacen. Pero lo que vertebra la letra, la crítica está presente en prácticamente todo.

Últimamente se tiene la idea de que los cantautores cantamos mucho al amor. No creo que sea mentira, pero si creo que no se nos debe olvidar que muchos hacemos crítica social. Muchos somos poetas. Muchas veces he compartido alguno de mis poemas y la gente me dice: “ah, ¿pero también escribes?”, y pienso: “si llevo toda la vida escribiendo, si todo lo que canto lo escribo yo”. El hecho de que cantemos lo que escribimos no quiere decir que no sea un poema.

Observamos que el panorama de la cantautora femenina cada vez está más fuerte y con una mayor conciencia de la situación, ¿cómo valoras eso?

Siempre hemos estado, pero no éramos visibles, y hemos empezado a serlo cada vez más. Primero porque nuestros roles van cambiando y estamos ocupando el espacio público, que era un espacio que históricamente no nos pertenecía. También los referentes musicales han cambiado y las nuevas generaciones ya no son tan chapados a la antigua y buscan también a mujeres, disidentes sexuales o personas trans, etc. Ya no es tan claro ese referente de hombre blanco, heterosexual… Hay algo ahí que se está rompiendo y estamos en un buen momento para eso. Cada vez se valora más el trabajo que hacen las mujeres encima de los escenarios. No somos solo una cara bonita, sino que decimos cosas que importan, y nuestra voz y corporalidad tienen presencia, no solo desde un lugar estético.

¿De qué clichés has tratado de huir a la hora de componer?

Del cliché del que más he tratado de huir ha sido de cantar al amor romántico y al desamor. Ha sido una cosa que yo he intentado no hacer en mis canciones. En ellas hay romanticismo y amor, pero nunca he querido hacerlo desde ese lugar que está “manío” y que se ha explotado muchísimo. Porque las canciones que van de eso no me las creo y es fácil caer ahí, porque es un tema muy recurrente, ya que todos lo hemos escuchado desde que éramos pequeños. Esto no quiere decir que no haya gente que escriba al amor o el desamor y lo hagan de una forma brillante. Yo quería hablar de otras cosas que me parece que están menos nombradas y que me interesan y me mueven más, que incluso pueden tener un trasfondo de amor.

¿En su momento te fuiste a buscar a Latinoamérica, a la distancia como consideras que esto impactó en la Lúa Sua actual?

Me fui a México, aunque también estuve por Guatemala, Cuba y California durante dos años. Gracias a la música me moví de una forma muy bonita y cercana a la gente. Iba dando conciertos y me quedaba en la casa de gente que me había llamado. Esto era una forma de conocer los lugares de una manera más cercana.

Tanto tiempo allí, aprendí de ciertas problemáticas que aquí están en desuso o no tienen tanta importancia. Como la lucha por el territorio, que creo que es súper importante y que aquí creo que la hemos dado por perdida. También aprendí mucho de las compañeras en cuanto a Feminismo, se crearon sinergias y me quedan buenas amigas allí. Todo esto impactó en mi y cree la canción ‘Nos queremos vivas’ que tiene que ver mucho con mi viaje por México. Recoge mucho todas las sensaciones que me llevé de un país que me encantó, aunque tiene una parte de una violencia que es difícil de gestionar. Todo esto que fui aprendiendo ha formado parte de todo lo que he ido escribiendo.

¿Cuál dirías que es la influencia de Almería en tu música?

Creo que la mayor influencia que me ha dado Almería es que me inspira, y eso me sirve para escribir y componer. Una cosa muy importante que me inspira de Almería son los paisajes. Unos lugares preciosos que cada vez están más mermados. Unos contrastes impresionantes de playas, montañas, desierto, bosques de pinos… y creo que tenemos que cuidarlo.

En tu tema ‘Vocales que se alargan’, dedicado a Almería, criticas el turismo en Cabo de Gata, los invernaderos, el racismo en Almería, el IKEA en la Molineta… ¿Cuál es tu objetivo con la canción?

No sabía exactamente que impacto iba a crear esa canción. Llevo tiempo viendo como Almería mengua en nombre de la economía, en nombre de ser una localidad más rica. No digo que esto esté mal y entiendo que la gente tiene que comer, pero sí creo que tenemos que pensar en que haya un crecimiento sostenible. Me parece que cada vez hay más invernaderos y no importan donde se hagan, no importa que estén acabando con el agua, la problemática que hay ahora con los olivos… Que haya un montón de turismo desproporcionado, que se construya en un parque natural, que no haya límites. El problema no es que se construyan invernaderos, sino que se haga sin ningún tipo de control y de forma desmedida, y con eso arrases con la flora y fauna que hay en un lugar concreto.

Esa canción no la hice pensando en que iba a conseguir algo brutal, aunque ojalá sirva para remover conciencias.  Para mi fue un desahogo para soltar como me sentía y escribir sobre ello. Me inunda una mezcla de amor por mi tierra y una profunda pena, tristeza y enfado con lo que está pasando. Eso fue lo que me movió a reflejarlo en un papel y luego a ponerle melodía.

En tu tema aseguras que los almerienses no conocen sus orígenes, ¿cuáles son?

La cuestión es que a nivel general, como imaginario social, creo que es importante señalar que nosotras dentro de la escuela no hemos prestado tanto tiempo al periodo de la historia de Al-Ándalus, que es el de nuestra tierra. Casi lo poco que hemos aprendido tiene que ver con la reconquista y este es el matiz que apuntaba cuando escribí esa canción. Estudiamos épocas pasadas como habrían sucedido en otros lugares pero no en Andalucía. Hay un documental muy interesante que se llama ‘La llave de la memoria’ que rescata esto. Va de una chica que investiga los orígenes de Andalucía y se da cuenta de la poca información que hay. Entonces hace un recorrido por las universidades buscando las pocas personas que estén estudiando esto.

Tenemos que asumirnos como algo que no es puro. Se nos ha vendido como si fuésemos personas europeas blancas y que son puras, cuando la mayoría de humanos están mezclados. Y en el caso de Andalucía por supuesto que no existe. Nuestros antepasados pertenecen a África, bien son marroquíes o de otros lugares, porque también existe la Andalucía negra, también había muchísima gente judía. Tenemos que entender que somos la mezcla de todo eso, de la Andalucía gitana también. Conocer que somos el producto de todo eso y saber lo rica que es Andalucía, y cuál ha sido su historia, que es una historia que nos han arrebatado, no hay memoria


“Vocales que se alargan y en la ‘s’ hay silencio”. Tú mantienes el acento a la hora de cantar tus canciones, ¿qué opinas de los artistas que se alejan de su forma de hablar habitual?

Le he dado bastantes vueltas al tema del acento. He vivido fuera 14 años y he vuelto ahora, aunque he estado vinculada por mi familia. Al estar tanto tiempo fuera, dónde ser andaluza tiene unas connotaciones importantes, notaba que con el acento era la graciosa del grupo, la gente a veces me imitaba… También a la hora de buscar trabajo, notaba que al suavizar mi acento causaba mejor impresión.

Hubo un momento en el que perdí el acento por cansancio de tener que explicar constantemente lo que decía. Lo vemos en la tele con el «español neutro«, que yo me pregunto qué cojones es eso cuando España tiene territorios con culturas y acentos diferentes. Entonces yo empiezo a adquirir esta forma de hablar para mimetizarme con la sociedad en la que vivo. Por ello, los primeros temas los canto con ‘s’. A veces me costaban algunas palabras porque yo no tengo esa costumbre.

De repente hago una canción que se llama ‘Cantares’ y la hago con mi acento. Y a raíz de ahí empiezo a leer más sobre feminismo andaluz y la ‘anzaluzofobia’. Yo viví un proceso de ‘andaluzofobia’, perdiendo mi acento y mi identidad. Como si lo que yo traía del sur no tuviese tanto valor.

La cuestión es que no importa como hablemos sino que lo hagamos desde un lugar en el que nos sintamos fieles a nosotras mismas, no desde un lugar de vergüenza. Creo que eso es lo que a mi me atravesaba y lo que atraviesa a muchas personas andaluzas. El lenguaje es rico y podemos usarlo en nuestro beneficio en función de lo que queramos hacer. Lo importante es que no lo hagamos desde un lugar que reniega de lo que somos, sino con el objetivo de enriquecer.

Nuria Faz

Periodista especializada en información y comunicación científica, y en marketing y comportamiento del consumidor por la Universidad de Granada. Fotógrafa de título y de oficio. Amante de la música y los festivales. El Cabo de Gata es su lugar favorito del mundo, amor que se tradujo en un documental ganador del Premio Nacional de Periodismo Francisco Valdés 2017.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba