Aureliano Cañadas: “Nadie ha vuelto jamás de la Isla de la Nada”
Nos acercamos en 'Almería en Verso' a este poeta longevo y prolífico influido por el movimiento Indaliano
Aureliano Cañadas Fernández nació en Almería en 1936. Es Licenciado en Literatura Hispánica por la Universidad Complutense, Diplomado por la Escuela de Estudios Documentarios, por la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid y por el Instituto de Idiomas de la Universidad de Granada. Fue profesor Assistant de Español durante dos cursos en el Liceo Faidherbe de Lille (Francia).
Ha ganado numerosos premios como el ‘Marina Romero’ de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles; el ‘Aula de Encuentros del Círculo de Bellas Artes’ de Madrid; o el ‘Andrés García Madrid’ del Ateneo 1º de Mayo, entre otros.
Además ha sido colaborador de revistas literarias y figura en el ‘Diccionario de la Literatura Española’ de Jesús Bregante y en el ‘Diccionario de Autores de la Cátedra Miguel Delibes’ de la Universidad de Valladolid.
Su arte y talento nacen de su formación y pasión, pero también le viene de familia, lo lleva en la sangre, pues la influencia del trabajo de su hermano Luis Cañadas, pintor y escritor del Movimiento Indaliano, fue muy fuerte.
A pesar de su edad, Aureliano Cañadas no ha cesado de escribir obras. Ha publicado ‘Nunca llegará el olvido’ (Madrid, 1979); ‘Lengua para hablar solo’ (Madrid, 1985); ‘Oscuros son los signos’ (IEA Almería, 1990); ‘Menos nuestro dolor’ (Almería ,1993); ‘Porque soy Teseo’ (Almería, 1995); ‘Máquina, el hombre mismo’ (Madrid, 2000); ‘Telémaco, el sur de otra vida’ (Salamanca, 2004); ‘Doble vida’ (Madrid, 1995); ‘Menos nuestro dolor’ (Segunda Edición, Madrid, 2008); ‘Contra Domene’ (Almería, 2010); ‘Cuerpo celeste’ (Madrid, 2011); ‘Diamantinamente’ (Tafalla, 2012); ‘El único que vive’ (Madrid, 2019); ‘La isla de la nada’ (Madrid, 2016); ‘Conjugación Secreta’ (Almería, 2017); y ‘Laberinto’ (Granada, 2019).
Poemario ‘La Isla de la Nada’
Aureliano Cañadas escribe este poemario tras el fallecimiento de su hermano Luis Cañadas, gran referente para él.
«Apresúrate y mira,
una vez más, los óleos de tu hermano
antes de que mi eterna
garganta los engulla».
El poeta, consciente de su avanzada edad, escribe estos versos.
«Durante muchos años fui grumete.
Durante muchos más, un marinero,
y ahora
que al fin soy capitán, ya nadie quiere
embarcarse conmigo
aunque yo les prometa
travesía segura e indolora
a la Isla de la Nada».
CAPITÁN. ‘La Isla de la Nada’.
La Isla de la Nada es una metáfora continuada de la muerte.
Nadie ha vuelto jamás de la Isla de la Nada:
ni ese padre que nunca conocí,
para que no pudiese recordar
el timbre de su voz,
o el color de sus ojos, ni mi madre
para que yo supiera
si al final había ahuyentado la tristeza.
Ninguno,
ni mi hermano o mi hermana,
¿No me quería tanto?
¿Qué valles los retienen, qué recónditas playas,
qué sales o qué lunas?
Ni siquiera pudieron decir: “Hemos llegado”.
La imagen de cabecera es de Xoan Baltar bajo licencia Creative Commons.