Alexis Díaz-Pimienta, el trovador cubano que dejó su huella en Almería
Este poeta, referente repentista, dirigió el Festival Minas de Sierra Almagrera de Cuevas del Almanzora durante ocho años
Alexis Díaz-Pimienta es un escritor, investigador, docente, trovador y reconocido repentista que nació en La Habana (Cuba) en el año 1966. Es autor de 42 libros en varios géneros. Muchas de sus obras han sido traducidas al inglés, italiano, francés, alemán, finés, búlgaro, portugués y farsi, entre otros idiomas. Ha obtenido siete premios internacionales de poesía y cuatro premios internacionales de narrativa.
Entre sus vinculaciones con Almería destaca que fundó y dirigió el Festival Minas de Sierra Almagrera en Cuevas del Almanzora (2004-2012). Además algunas de sus obras llevan por título a la provincia, como ‘Tres relatos almerienses’, ‘De Chamaquili en Almería’ (infantil) o ‘En Almería casi nunca llueve’ y la menciona en diversos poemas de sus publicaciones.
Este popular trovador tiene razones de sobra para que forme parte de nuestra sección de poesía ‘Almería en verso’. Te dejamos dos fragmentos que fueron el resultado de su inspiración por tierras almerienses.
Pasajero de tránsito
«¿Recuerdas que corrimos a ver la lluvia, incrédulos,
y que miramos sonreír tus plantas
y que Sierra de Gádor parecía una fiesta?No fue más que un pretexto para que mi camisa
amaneciera hoy con este olor a música,
salpicada de un agua distante.¿Recuerdas que bailamos al compás de las gotas
y que al amanecer vimos charcos azules
y que toqué tu pelo, como siempre?No fue más que un pretexto
para que un mes después lloviera en mi ciudad
y todos preguntaran qué extraña melodía hay en mi ropa.Los meteorólogos no pudieron prever esta lluvia.
Ni Dios, ni las hormigas, ni los árboles.
Tan sólo yo miré el reloj y dije:– A esta hora huele a música su cuarto”.
Alexis Díaz-Pimienta. En Almería casi nunca llueve.
Aguadulce, abril y 1995
«La fuente de la Puerta de Purchena
es un pretexto para los fotógrafos
y un ultimátum para el arco iris.
Esperando la lluvia ha envejecido
el polvo sobre las ventanas,
se ha cariado el azul de los paisajes.
Pero un paisaje no es sólo la majestuosidad
de los colores: es también la mirada tristísima
del pájaro, es también la impotencia
del transeúnte más allá de la lente.Yo soy el transeúnte.
Pasajero de tránsito en cada esquina de la ciudad,
en cada piedra.
Soy un fragmento de paisaje distinto,
soy un patio con madre recogiendo lluvia
para enjuagar después el humo de la tarde,
soy un árbol goteando sobre una mano abierta,
y una tos y una aspirina
y novias que transparentan su humedad
sobre los riscos de una Almería que todavía no existe.
Es Almería. Da lástima la sobriedad
del agua de la fuente, su transparencia humilde.
El transeúnte habla solo, anda despacio,
chapotea en charcos que nadie ve,
salpica los mosaicos y las faldas.
Todos lo miran, lo saludan incluso,
le hablan sobre el Mediterráneo y la política,
pero definitivamente nunca sabrán qué piensa,
nunca sabrán qué de aguaceros lleva escondidos dentro.Nadie se ha preguntado qué pasaría
si le exprimiesen los ojos al transeúnte,
si evacuasen su libreta de notas, sus cartas, sus poemas,
si a la mujer que ama le pidiesen el pedazo
de voz con que lo nombra.
Seguramente llovería más,
y el color amarillo se volvería un truco ingenuo,
un efecto olvidado por los viejos western.Si le pidiesen al transeúnte sus charcos tropicales,
el lodazal de un patio aún fresco en su memoria,
su última foto bajo el agua de mayo;
o si al menos corriesen junto a él
cuando relampaguea y está triste;
si lo telefoneasen para averiguar
con qué tono de azul llueve los lunes,
cómo cantar los martes junto a la rambla seca,
hacia qué punto cardinal toser los miércoles;
si tomasen sus manos mientras da vueltas
a la fuente como un niño ajeno– con negligencia y libertad de niño ajeno -,
mientras mete las manos en el agua
y salpica unos versos que escribirá más tarde;
pero no…
Todos pasan con su silencio adulto,
un silencio arenoso y amarillo;
todos contemplan al transeúnte y siguen.
El transeúnte soy yo.
Soy un fragmento de paisaje distinto.
Qué podría saber sobre la sed,
sobre el polvo mañoso.El transeúnte mira la fuente y canta,
mira a todos pasar y no hace caso,
toca el agua y sonríe.
Tan fácil que sería. Da lástima la tos
de los almendros.
Da pena la arrogancia de los cactus.
Pero es inútil.El transeúnte no puede más que mirar al paisaje,
Alexis Díaz-Pimienta. Discurso del transeúnte ante la fuente de la Puerta de Purchena.
con sus ojos goteantes, con su memoria líquida,
y sentarse a escribir un extenso discurso,
ambiguo y transparente como el agua”.
Abril y 1995.
Versos en vídeo
Además de realizar obras escritas, Alexis Díaz-Pimienta aparece en numerosos eventos de poesía y literatura y en colaboraciones con otros artistas de ámbitos culturales diferentes, en radio, Internet, televisión…
Algunas de sus apariciones más frecuentes, relacionadas con España, son su improvisación poética junto a Joaquín Sabina durante el Pregón del Carnaval de Cádiz en 2019, su visita a la Academia de OT en 2020 junto a Rozalén o su participación en un vídeo de concienciación social durante el estado de alarma bajo el lema #quédateencasa