Diez motivos para presumir de la agricultura bajo invernadero
Coincidiendo con el Día Mundial de la Agricultura sacamos pecho con el 'modelo Almería'
El 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura, sector de actividad que en Almería es clave para el tejido económico de la provincia. A pesar de la pujanza de los cultivos de invernadero y lo mucho que han mejorado tras más de 50 años de aprendizaje y evolución continua, hay extendidos y anclados muchos falsos mitos en el imaginario colectivo.
Por eso, hoy es un buen día para reivindicar el modelo agrícola de invernadero con muchos datos. Así, la próxima vez que estés en una conversación sobre agricultura puedas presumir de las cosas que se hacen bien en nuestros campos de cultivo, que son muchas.
1. Modelo agrícola del futuro, según la ONU
La ONU escogió en 2017 Almería como modelo agrícola para el futuro. Así se vio reflejado en un informe emitido por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo bautizado como ‘Despertar antes de que sea demasiado tarde: hacer una agricultura verdaderamente sostenible para la seguridad alimentaria en el cambio climático’ . El objetivo de este informe es la búsqueda de una transformación del sector agrícola mundial a un modelo más sostenible que permita dar de comer a un mundo superpoblado.
El ‘modelo Almería’ atesora ya muchos de los elementos que necesita el cambio global. Y si hablamos de futuro, los cultivos de invernadero tienen un potencial enorme para aplicar conceptos de bioeconomía y economía circular. Revalorizar, reutilizar y reciclar residuos inorgánicos (plásticos) u orgánicos (biomasa) es una exigencia que el futuro pide a gritos.
En muchos casos en Almería ya se está haciendo. Hay datos que reflejan que se revaloriza alrededor del 25% de la biomasa gestionada en los invernaderos, por ejemplo, para producir energía. También se produce la retirada de prácticamente la totalidad de los plásticos, tratándose un 80% para su revalorización. Y pese a la mala imagen de la agricultura almeriense por el uso de plástico, lo cierto es que los invernaderos solo consumen el 7% del plástico nacional y contribuyen al reciclaje en un 9%.
Los invernaderos tienen un gran potencial para el uso de energía solar fotovoltaica, que seguramente será algo que veremos crecer en los próximos años. La transformación también vendrá de innovaciones relacionadas con la tecnología, como la incorporación del Big Data para la gestión de datos y toma de decisiones estratégicas, así como el blockchain en la gestión de una trazabilidad eficiente y rápida
2. Control biológico de plagas
La agricultura almeriense es referente en todo el mundo en la aplicación exitosa de estrategias de control biológico de plagas. Utilizar bichos para que se coman a los depredadores de las plantas es una realidad que se acerca al 100% de los cultivos de invernadero, especialmente en cultivos como el pimiento. Tras más de una década de control biológico, la bajada de residuos químicos de las hortalizas almerienses es espectacular. Siempre están por debajo de los limites marcados por Europa y en algunos casos sin residuos. Para la polinización se usan abejas y abejorros casi en el 100% de la superficie invernada.
3. Gestión del agua y energía
La agricultura de Almería consume la mitad de agua que la media del sector en toda España, con una huella hídrica hasta 20 veces menor. En una provincia donde los recursos hídricos son escasos, los productores han sabido entender el alto valor del agua. Por eso, a lo largo de más de 50 años de transformación del modelo productivo almeriense se han introducido técnicas planificadas para reducir el consumo de agua: enarenado, riego por goteo o fertirrigación… Técnicas implementadas en la práctica totalidad de las fincas.
Las instalaciones de Almería también pueden presumir de ser invernaderos solares ya que no necesitan calefacción con energías fósiles. La mayoría de los invernaderos almerienses recurren a la ventilación natural y al blanqueo de cubiertas como únicos sistemas de control climático. Los invernaderos del norte de Europa tienen 30 veces más necesidades energéticas ya que sus condiciones climáticas les exigen calefacción en los invernaderos.
4. Fijación de dióxido de carbono
Cada hectárea de invernadero en Almería es capaz de fijar de ocho a diez toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2). O para que se entienda mejor, cada hectárea absorbe la emisión diaria de CO2 de unos ocho coches.
5. Sabor
Pese a la creencia extendida de que las hortalizas de invernadero no tienen sabor, lo cierto es que la producción agraria de Almería puede presumir de cultivar algunas de las variedades más valoradas en el mercado por su sabor. El mejor ejemplo es el tomate RAF que se cultiva exclusivamente en invernadero y está considerado como uno de los tomates más ricos del mundo. Pero también en Almería se cultivan variedades como la sandía Fashion, el pimiento Sweet Palermo o el Tribelli, el tomate Adora, entre muchos otros productos con el sabor como atributo principal.
6. Impacto en el PIB provincial
El conjunto formado por la agricultura bajo invernadero, la manipulación y comercialización de hortalizas, y la industria auxiliar de la agricultura, representan hasta el 40% del Producto Interior Bruto (PIB) almeriense. De forma directa, la agricultura supone el 15% del PIB de Almería, sector que aporta en Andalucía aproximadamente el 5,2% y en España solo el 2,5%.
7. Economía familiar
En las más de 30.000 hectáreas invernadas de Almería trabajan más de 12.500 familias, con un 30% de mano de obra familiar. Las explotaciones agrarias bajo invernadero suelen ser pequeñas (2,4 hectáreas de media) y de propiedad familiar, lo que supone una escasa concentración de la propiedad de la tierra. Las explotaciones agrícolas familiares, además de desarrollar mayor responsabilidad con el mantenimiento sostenible del entorno, favorecen la viabilidad económica de las comunidades locales potenciando el emprendimiento empresarial, el capital social y la igualdad.
8. Tecnología
El empuje de la agricultura bajo plástico a lo largo de más de medio siglo ha propiciado el nacimiento de muchas empresas tecnológicas de capital local o nacional. Pero también las empresas de tecnología agraria más punteras del mundo tienen sede en Almería. Innovaciones que se testean en Almería se implementan más tarde en muchos lugares del mundo.
9. Vocación exportadora
El modelo agrícola de Almería tiene una importante vocación exportadora: representan el 90% de los productos hortícolas exportados por Andalucía y el 70% de España. En este sentido Almería exporta salud, poniendo a disposición de 500 millones de consumidores en toda Europa hortalizas de calidad. Por si fuera poco, Almería cultiva y exporta salud cuando la mayoría de países importadores no pueden hacerlo por las bajas temperaturas.
10. Impacto visual negativo. Sí, pero…
Pese al impacto visual del mar de plástico, la realidad es que los invernaderos solo ocupan el 3% del territorio de Almería, una provincia que tiene el 50% del suelo catalogado como espacio protegido. Sobre el impacto visual, la agricultora Lola Gómez Ferrón siempre dice que es suficiente con imaginar “la Amazonia verde” y los extensos ecosistemas de vida que hay bajo los plásticos. Todo un manto de vida que sin los invernaderos no sería posible. Ese vergel de vida se extiende a las balsas de riego donde los agricultores almacenan agua, ya que fomentan la aparición de vegetación acuática sumergida, atraen aves, anfibios e insectos positivos en el control de plagas, como por ejemplo depredadores de larvas de mosquitos.
La mayoría de estos datos fueron recopilados de diferentes fuentes de confianza por Hortiespaña para la campaña Cultivos de Invernadero, con la que se hace frente a las muchas noticias negativas y/o falsas que con frecuencia surgen en diferentes países de Europa sobre el ‘modelo Almería’. Como estas noticias suelen estar basadas en información sesgada o anecdótica, la mejor manera de combatirlas es con datos.
Muchos de los argumentos que hemos desarrollado aquí ( y algunos otros) los puedes ver en este vídeo:
Siempre en guardia
Aunque todos estos argumentos nos puedan hacer sentir orgullosos de la agricultura de Almería no hay que bajar la guardia ante los desaprensivos que abandonan los plásticos en cualquier parte o aquellos que se aprovechan de la desesperación de trabajadores inmigrantes. Para ello la autoridad competente tiene que seguir atenta y actuando ante los excesos que, por desgracia, se dan en todas las industrias que llevan prosperidad a su territorio. También habrá que velar para que el modelo sea cada vez más sostenible y nunca dejar de tener en cuenta el déficit hídrico de la provincia de Almería.