La última y nos vamos
La noche almeriense ha cambiado, y la vuelta a los bares tras el confinamiento revela una nueva forma de vivir el tiempo de ocio
Siempre se repite el mismo timing en un encuentro social que se precie: cena, postre, copas… Y alguien que pronuncia las palabras mágicas: “La última y nos vamos”. Una expresión mítica que ha dado nombre a canciones, películas y, también, a las mejores noches de bares con familia y amigos.
Una locución que se está perdiendo. Porque ahora la última tiene horario, distancia y condiciones. ¿Y acaso la gracia de la última no es la incertidumbre? El hecho de no saber cuántas rondas más van a caer sin que mires el reloj. Y es que la noche almeriense ha cambiado, y la vuelta a los bares tras el confinamiento revela una nueva forma de vivir el ocio noctámbulo.
Aún equipados al completo y accediendo al bar a punta de pistola, sentarse en una terraza de previamente higienizada se ha convertido en un placer incómodo que antes no valorábamos. Importante destacar la figura del hostelero que si antes ya tenía un duro trabajo, ahora tiene que hacerlo con mascarilla. También ha de mantener la higiene y desinfección de suelos, muebles, equipos… para eliminar el riesgo de contagio de todos los que apuramos las horas ocupando la silla.
Socializar diferente
Afortunadamente, ahora los negocios pueden cerrar un poco más tarde. También se permite celebrar conciertos en el interior de los locales mientras dure el estado de alarma, por lo que empezamos a recuperar un poco de nuestra vida social. Pero no es lo mismo. Y es que constantemente se vienen una serie de pensamientos a la cabeza que te hacen que la cerveza te sepa más amarga que un café solo. “Distancia social”, “lávate las manos”, “no hay servilletero”, “ponte la mascarilla para ir al baño”, “no fumes que con el humo del tabaco se contagia”, etc…
Paradójicamente la desescalada está siendo un camino cuesta arriba para muchos sectores. Y aunque la hostelería está regresando progresivamente, ahora mismo no es lo que era. Esperemos que con la nueva normalidad podamos volver a decir ‘la última y nos vamos’ con el suspense de lo que nos deparará una noche en una fase sin final.