La colombicultura en Almería: el deporte federado que no conocías
Palomos de colores que compiten para seducir a 'la suelta', la hembra con pluma blanca y gorrito
La colombicultura es un deporte federado que se practica con bastante asiduidad en la provincia de Almería, sobre todo en entornos rurales y al aire libre. Esta actividad consiste en preparar a palomas de raza deportiva de ‘celo’ y de ‘raza’ que cuenten con buenas cualidades genéticas para la competición.
En los años 60 y 70, existieron en la provincia clubs donde se practicaba esta actividad, como la ‘Asociación Deportiva La Alcazaba’ y la ‘Sociedad almeriense de la Colombicultura’. Más tarde, en los 90, se constituyó la ‘Federación Andaluza de Colombicultura’.
Más de 1.600 almerienses federados
Actualmente, la sede principal de la federación se encuentra en Almería capital, bajo el mando del presidente regional, Rafael Martínez Nieto. En ella, cuentan con más de 1.600 deportistas federados en la provincia, haciendo un total de 5.700 en toda Andalucía. En estos dos últimos años, la federación ha generado más de 50.000 € a las arcas públicas del estado.
En Almería, se realizan anualmente unos 22 concursos oficiales federativos que dan acceso a los campeonatos regionales y nacionales. Así como, otros concursos realizados por los clubs a todos sus afiliados.
Actualmente, son muchos los municipios almerienses que practican este deporte enfocado a la raza deportiva de «celo”, como son: Almería capital, Retamar, Viator, Pechina, Rioja, Benahadux, Santa Cruz de Marchena, Tabernas, Níjar, Turrillas, Olula de Río, Fines, Albox, Almanzora y la pedanía de Overa (Huercal Overa).
Las educan para competir y seducir a ‘la suelta’
Una vez han pasado 3 o 4 meses desde el nacimiento de los pichones, se las prepara para competir. En el entrenamiento, se sueltan de forman individual junto con una hembra, denominada ‘la suelta’, para que vayan poniéndose a prueba. Su principal tarea es reconocer su casa y no perderla de vista.
Poco a poco, se le van sumando palomos adversarios más experimentados, para que comience a rivalizar con ellos, e intentar seducir a la hembra. Su formación puede tardar alrededor de un año en completarse. Una vez transcurrido este tiempo, se les lleva a los clubs a competir.
Por otro lado, a la hembra se le adiestra para todo lo contrario. Se le enseña para escapar y despistar a los más de 100 machos que la persiguen, realizando quiebros en vuelo, paradas en árboles grandes, arbustos, etc. Desde la federación nos cuentan que «en muchas ocasiones vencen a cientos de palomos y suelen quedarse solas o en compañía de muy pocos”.
Del aprendizaje a la competición
Las competiciones transcurren en un entorno rural con 100 machos, cuya única misión es seguir a una sola hembra. El campeonato consta normalmente de 6 pruebas puntuables, realizadas a lo largo de la semana. Cada una tiene 2 horas de duración. En cada una de ellas, los palomos irán acumulando puntos bajo el estricto seguimiento de tres árbitros federados. Como ya se ha dicho anteriormente, el objetivo de cada uno de los palomos es no dejarse engañar, ser más listo que el resto y pasar el mayor tiempo posible con ‘la suelta’ para proclamarse ganador.
Si algún palomo toma la dirección equivocada, tiene dos minutos para rectificar y volver a encontrar a la hembra. Normalmente, suelen regresar al sitio donde la vieron por última vez, para intentar seguirle la pista hasta dar con ella.
Datos curiosos
- Los colombicultores suelen pintar a sus palomos con diferentes colores para reconocerlas durante el vuelo.
- Si el palomo tiene el color de las plumas muy oscuras, se le aplica un decolorante, como cuando nosotros vamos a la peluquería a ponernos más rubios. Una vez están de color más claro se les pinta de colores.
- Las hembras suelen ir con una pluma blanca atada a la cola y con un gorrito para evitar las posibles picaduras de los machos.
- En ocasiones, se han llegado a pagar grandes cantidades de dinero por una paloma de competición. Entre unos 20.000 y 25.000 € las más caras.
Cabe destacar, que este deporte federado ayuda al mantenimiento de la actividad en pequeños núcleos rurales. Durante las largas competiciones, son muchos los bares y los restaurantes que dan de comer a cada uno de los palomeros que van a disfrutar de esta actividad al aire libre.