La falta de protección de la arquitectura almeriense en el mayor encuentro de defensa del patrimonio
Asociaciones españolas concluyen que las Administraciones Públicas son cómplices en la destrucción del patrimonio cultural
Un encuentro cada vez con más necesario es el que se ha celebrado el pasado fin de semana en la provincia de Málaga: las XV Jornadas Nacionales de Defensa del Patrimonio Español, que se realizan anualmente y que en esta edición han tenido como título “Ciudad vs Marketing”.
Un total de 16 asociaciones han participado este año, entre la que se encontraba Amigos de la Alcazaba. Una agrupación almeriense que lleva más de 15 años luchando por los bienes patrimoniales de la ciudad.
Estas jornadas suponen un punto de encuentro entre entidades que quieren evitar que se incumpla el artículo 46 de la Constitución Española. En él se establece que los poderes públicos han de garantizar la conservación y promover el enriquecimiento del Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran.
Así, denuncian que los intereses particulares priman sobre los generales. Aseguran que “se aprecia la constante connivencia de los responsables públicos con operaciones urbanísticas que amenazan edificaciones históricas, estén o no catalogadas, e incluso las reconocidas como Bienes de Interés Cultural (BIC)”, tal y como se establece en el Manifiesto de Boadilla elaborado en 2018.
La amenaza del patrimonio almeriense
En el caso Almeriense, la asociación Amigos de la Alcazaba hizo referencia a la falta de protección de nuestro patrimonio arquitectónico. Además consideran que existe un Catálogo desfasado e insuficiente, que deja a cientos de elementos patrimoniales desprotegidos legalmente.
Finalmente, solicitan voz y voto para los ciudadanos almerienses quienes deben poder opinar sobre cuestiones de la ciudad. Algunos ejemplos son decisión de cambiar la fisonomía de la histórica Plaza Vieja o la eliminación del Monumento a los Coloraos. También el proyecto de un parque en la Hoya, que consideran “un espacio único con valores culturales, arqueológicos, patrimoniales y paisajísticos, que es tratado como si fuera un espacio cualquiera de la ciudad”.