Así es la ‘nueva normalidad’ en los conciertos
Entradas escalonadas, distancia de seguridad y sillas preasignadas son algunas de las medidas de los conciertos postpandemia
A pesar del bombardeo constante de conciertos en ‘streaming’, la cuarentena nos quitó un cachito a los melómanos empedernidos. Nos vedó de la vibración de los altavoces, la espera nerviosa del directo, el compartir con los amigos miradas cómplices, en definitiva, nos quitó gran parte de la diversión que lleva implícita un concierto. Lo más parecido a un ‘evento musical’ en vivo y en directo fue el vecino tocando la guitarra en el balcón, pero estos conciertos espontáneos tampoco nos saciaban la sed de música. Entre todas estas propuestas de ‘música deslucida’, la ‘nueva normalidad’ trajo consigo nuevas formas para disfrutar de este arte en directo.
En Almería tenemos programados conciertos casi a diario en esta ‘nueva normalidad’. Se llevan a cabo en recintos abiertos y con asiento preasignado, tal y como ordena la ley. De este modo, la entrada se desarrolla de forma escalonada por filas, aligerando la aglomeración de personas en la entrada del recinto. Ni que decir tiene que hay que acudir con nuestra inseparable mascarilla y darse un ‘fregado’ en las manos antes de entrar. Si tenemos sed no será posible acudir a una barra, ya que se han prohibido, y es que a los almerienses nos encanta sujetarlas aún estando estas reforzadas. Sin embargo, en la mayoría de los conciertos encontramos vendedores ambulantes puestos por la organización. Con carritos o, en el caso de la cerveza, una mochila, van dispensando bebida de manera segura.
Aforos limitados
Y ya no cuela eso de mover los labios para que parezca que te sabes todos los temas porque la mascarilla ha de acompañarnos en todo momento, aún con la separación de las sillas. Solo es posible retirarla el tiempo de dar un trago a nuestra bebida fresca. Tras la experiencia en varios conciertos de estas características, tenemos que destacar que el aforo estipulado es poco más de 400 personas, en el caso de la Plaza Vieja. Así, próximamente se llevarán a cabo conciertos en el recinto ferial que admitirán más público.
Medidas específicas
Es_Música, federación que agrupa a las principales asociaciones estatales de la industria musical, propuso a las administraciones autonómicas un decálogo de medidas para celebrar conciertos en la ‘nueva normalidad’, ante la “falta de definición de medidas específicas” para llevar a cabo este tipo de eventos. En él se aplican criterios estrictos de sectorización de espectadores, trazabilidad, circulación de personas, escalonamiento para entrada y salida y medidas de información para público y personas trabajadoras. Medidas que propusieron tras un análisis previo sobre la reactivación de otros sectores, como centros comerciales, lugares de culto, espectáculos taurinos o la Liga de Fútbol Profesional.
Salas y teatros desamparados
Pero no en todas las empresas de eventos al tapiar la puerta han abierto una ventana. Son muchas que están sufriendo una situación que les está avocando a la ruina. Hace ya más de seis meses que las salas y teatros echaron la persiana y muchos de ellos siguen sin ver clara la posibilidad de levantarla. Sin embargo, mientras continúan pagando alquileres, hipotecas y otros gastos derivados de la propia actividad, aunque en estos momentos sea inexistente. En condiciones normales, una sala o teatro empieza a ser rentable cuando consigue cubrir un 80% de su aforo, de otro modo es imposible mantenerla incluso a corto-medio plazo. Es por este motivo por lo que estos locales siguen a la espera.
Los incidentes son la excepción
Algunas empresas han conseguido reinventarse, pero esto supone inversión, trabajo duro y esfuerzo para evitar incidentes. Como el lamentable suceso que tuvo lugar en el concierto de Taburete en Marbella, en el que los asistentes no portaban mascarilla. De momento, en Almería no se han producido imprudencias y se están garantizando las condiciones de seguridad en los conciertos. Es cierto que ningún recinto está libre de Covid pero, de momento, no se ha ocasionado ningún brote en eventos musicales.
Los promotores de conciertos son los principales interesados en que los eventos se desarrollen de manera segura, y ponen todo su esfuerzo para que se cumplan las normas. Sin embargo, a pesar de todas las medidas que se están tomando para asistir a conciertos seguros en la ‘nueva normalidad’, los ataques al sector no cesan. No es el caso de las playas o los centros comerciales donde también hay aglomeración de personas. Esto hace pensar que, aunque la cultura nos haya salvado la cuarentena a muchos, aún no es considerada un bien esencial. La música no cura una pandemia, pero alegra el alma en tiempos tan complicados como estos.