Francis, el barbero balermero sin dedos que abrió su propia peluquería
Es zurdo y le explotó un petardo en la mano izquierda cuando estaba a punto de abrir su propia peluquería
Francis Fernández es un joven almeriense de veinte años que perdió los dedos de la mano izquierda cuando iba a cumplir el sueño de abrir su propia peluquería. Le explotó un petardo y su nuevo proyecto tuvo que ponerse pausa. Es zurdo y vio truncado su mayor objetivo hace unos meses al perder su herramienta principal de trabajo. Sin embargo, el accidente que dejó al barbero sin dedos no ha hecho más que convertirle en todo un ejemplo de superación.
El peluquero relata que, nada más suceder el hecho y al entrar al hospital, se lo tomó a cachondeo. Pero su ánimo cambió cuando vio el sufrimiento de su familia que lo estaba pasando mucho peor que él. El almeriense retó a las adversidades desde el propio hospital en el que estuvo ingresado durante dos meses y medio. Pidió que le trajeran cuadernillos de caligrafía para entrenar su mano derecha y también, unas tijeras para practicar los cortes en la cabeza de su padre.
La solución
En su mente solo estaba el pensamiento de poder volver a trabajar de peluquero: «Yo desde el primer momento lo que quería era pelar, de una manera u otra. Mis expectativas eran meter a otra persona a trabajar conmigo y yo rapar los lados con la maquinilla y él terminar el corte por arriba».
Pero sus expectativas se quedaron cortas, lo que no imaginaba Fernández cuando comenzó a desarrollar su mano derecha es que también iba a poder ayudarse con la izquierda, eso sí gracias a un invento. Se trata de un guante adaptado que ideó Rosa Pérez, modista amiga de la familia. Éste contiene un enganche en el que se acopla el peine y se queda fijo, lo que le permite al barbero efectuar los trabajos completos sin ayuda de una segunda persona. Con esta «nueva mano» Francis Fernández abrió hace apenas unos meses su barbería y aunque su método ha cambiado, ya que ahora las tijeras las emplea como si fuese diestro, sus clientes no lo han notado en el resultado final.
El trabajo, la constancia y el tesón se ven reflejados en la labor del almeriense que ha demostrado que no existen obstáculos posibles cuando las ganas y la pasión se anteponen a todo.