La leyenda del Arrecife de las Sirenas
Conoce el por qué del nombre de uno de los rincones más conocidos del Cabo de Gata
Todos (o casi todos) conocemos uno de los lugares más bellos situado en el punto más oriental del Cabo de Gata, aquí en Almería. Sin embargo, pocos somos los que hemos escuchado los misterios que encierra esta tierra. La leyenda del Arrecife de las Sirenas cuenta la historia de un pescador humilde, muy conocido y querido por el pueblo. Este solía frecuentar el arrecife para pescar algunos peces en aquellas aguas azules. Todo para conseguir alimento que pudiesen llenar los famélicos estómagos de su familia.
Pocos años atrás había muerto su madre y su hijo decidió enterrarla allí. La paz que le transmitía este banco de rocas hizo que no eligiese otro lugar para pescar. Sin falta, el modesto pescador acudía todos los días al lugar para seguir con su actividad pesquera.
Un grito en el silencio
Era invierno. Como cualquier día, el pescador cogió su caña y otros bártulos para ir a por otro día de pesca. Escaló las rocas volcánicas para llegar al arrecife y se sentó en la piedra que siempre elegía para pasar todo el día allí frente al mar. Colocó su caña de pescar y comenzó la captura. El silencio sobreacogedor se adueñaba del lugar. Aunque a él no le importaba, porque ya se había habituado a la calma del arrecife. De repente, un grito estremecedor rompió el silencio. El pescador quedó sorprendido, pero al no volver a escucharse, regresó a casa como cualquier día.
Comenzó un nuevo día y el pescador se disponía a empezar su rutina. Volvió a sentarse en su roca y, tras unos cuantos cambios del cebo de la caña y otros tantos de posición de la misma, escuchó de nuevo aquel ruido que lo alarmó el día anterior. Esta vez más cerca. Creyó que procedía del fondo del mar y se quedó observándolo casi sin pestañear. Tras unos minutos de espera, pudo ver cómo una luz brillante emergía poco a poco del agua para salir a la superficie. Tras la estela dejada por el destello aparecía una larga cola de pez de escamas plateadas. La brisa aclaró aún más la vista del pescador, llegando a avistar una figura de mujer con cabellos de color verde y aterciopelada voz.
El pescador insistió en comunicar su hallazgo mediante un texto que explicaba todo. Sin embargo, nadie le creía. No sabemos si la leyenda del Arrecife de las Sirenas es cierta, pero sí conocemos el hecho que da nombre a esta formación rocosa.
Focas monje
Este hecho responde a otra leyenda del Arrecife de las Sirenas. El lugar estaba habitado por una colonia de focas monje, especies extintas actualmente en España. Entre baño y baño las focas se posaban encima de las rocas sobresalientes del agua para descansar. La postura que adoptaban hacía que su figura se asemejase a la de una sirena que deja caer su larga cola sobre la roca, mientras los gritos que emitían guardaban parecido con la voz humana. Por ello, era frecuente que los pescadores que acudían a la zona confundiesen a las focas con sirenas. Los mismos pescadores acabaron refiriéndose a este lugar como Arrecife de las Sirenas. Curioso, ¿verdad? Conoce más rincones de la provincia en nuestra sección de Turismo.