El Puerto de Almería gana al mar una hectárea para acoger actividades varias
Unos 100.000 metros cúbicos de tierras limpias se han vertido en el espacio ubicado junto al Muelle de Pechina
Cuando paseas por una zona montañosa de Almería y encuentras fósiles en sus rocas, evidencian que en algún momento de la historia parte de la provincia estuvo cubierta por el mar. Las construcciones de nuestras casas, supermercados, parques… se encuentran ubicadas en zonas que en algún momento estuvieron bañadas con agua salada. Y a día de hoy seguimos ocupando espacio del mar. El Puerto de Almería le ha ganado al mar una hectárea junto al Muelle de Pechina.
Unos 100.000 metros cúbicos de tierras limpias se han vertido en el espacio del Puerto de Almería conocido como ‘La Piscina’. Este nuevo espacio ganado al mar acogerá actividades y servicios como el depósito judicial de vehículos y maquinaria, así como otras diligencias desarrolladas por las empresas concesionarias del puerto. Además, se creará en dicha zona un gran aparcamiento para vehículos pesados en tránsito o en espera de embarque.
Este proyecto incluye también una actuación en la explanada del Muelle de Pechina, con la instalación de tuberías para la mejora de la recogida de aguas pluviales, con el fin de optimizar la circulación de la maquinaria y medios de transporte de áridos.
Todo esto en un puerto con historia, en el que fenicios, griegos, romanos y cartagineses ya usaron para sus trabajos de intercambios comerciales. También los romanos usaron el puerto natural de Almería “Portus Magnus” para traficar con salazones, sal, minerales. Es en el siglo XIX cuando se configura y construye el puerto de Almería. Se inicia su construcción en 1847, y es en 1908 cuando las obras culminan. Desde entonces, el puerto de Almería recibe embarcaciones de diversos países por su posicionamiento y actividad.
No sabemos cuál será el futuro de este mítico puerto, pero treinta años es la cifra que las Naciones Unidas marca en el calendario para que algunas zonas de Almería vuelvan a estar cubiertas por el mar. Ya lo dijo el escritor Alessandro Baricco, “el mar no tiene caminos, el mar no tiene explicaciones”.
