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Formatos

Paco Calavera reflexiona sobre los formatos de televisión

Sí, formatos. La palabra favorita de los productores televisivos. O más bien de los ejecutivos. Formatos. Nuevos, importados, de los que funcionan. Con jurados y promesas del mundo del espectáculo. Vive junto a sus familiares la emoción de verles a punto de saltar del trampolín, preparándose para sus primeras audiciones. Contempla sus lágrimas de emoción y sus brincos de alegría para no volver a saber nunca más de ellos. Y si lo haces es porque en esos formatos pasaron olímpicamente de sus culos y gracias a ese rechazo pudieron reiniciar sus carreras de una forma mucho más prometedora e interesante (Rosalía es el mejor ejemplo).

Formatos que ya ha comprado otra cadena y que tú plagias cambiando una coma del título. Formatos nórdicos, mediterráneos, puramente italianos. La sombra de Berlusconi es alargada y ahí está su legado. Famosos de los que ya no sabías nada luchando por sobrevivir en una isla. Dientes blancos como la leche en cuerpos quemados y cadavéricos con senos de Michelín.

Cantantes de pop desfasado juzgando la ejecución del fragmento de una ópera, menores de edad cocinando de noche en formatos pagados con tus impuestos. Programas que en los ochenta emitían en horario matinal copando el prime time. Músicos arrinconados por los formatos en el rincón de la madrugada. Formatos frescos e innovadores cuya columna vertebral es una mesa y varias sillas. Dentro vídeo. Ojos y cuellos imitando el movimiento del carro de una vieja máquina de escribir.

Formatos y telebasura

Formatos que hacen más inteligibles temas que antaño quedaban lejanos, como la política. La misma mesa, el mismo croma. Se levantan unos para ceder la silla a los siguientes. Miran sus móviles cuando no les toca. La cámara ya no impresiona, el respetable ya no es tan respetable y la telebasura es alabada por los intelectuales. Pasan a publicidad. Haces zapping. No sirve de nada. Todos han pasado a publicidad. Han traído más pasteles. Algún telespectador no tiene para una tableta de chocolate, pero los colaboradores comen a dos carrillos.

El mismo político al que viste en tres cadenas hace unas horas conectando en directo en una cuarta.

Todos hablando a la vez. Otra mesa con más colaboradores. Otro parón para conectar en directo. Volvemos en 30 segundos. Vuelven. Al minuto te dicen que vuelven en 60 segundos, que es un minuto. Y así se te va vida.

Quizás llegó el momento de formatear.

Paco Calavera

Soy comediante, payaso, titiritero, bufón y más cosas que me voy a callar.

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