Día de las Palomitas de Maíz: ¿sabes cuáles son las más famosas de Almería?
El punto de venta supera en fama a cualquier cine en nuestra ciudad desde 1958
El 19 de enero se celebra el Día de las Palomitas de Maíz. Y es que son toda una tradición acompañando a una buena película. Se estima que este producto se origina en el año 1.500 cuando fue cultivado en México y más adelante se extendió hacia Iberoamérica. Aquí, en Almería, tenemos un punto de venta de palomitas que supera en fama a cualquier cine.
Hablamos del kiosco de las pipas, el punto de venta de palomitas de maíz más famoso de Almería. Fernando Sánchez, el dueño, tuvo la venta de palomitas como principal motor del negocio, especializándose también en los frutos secos. Más adelante, sacó al mercado otro producto estrella, las pipas calientes. Esto, además de darle fama al puesto, le cambió el nombre. Desde entonces, los almerienses lo bautizaron como el kiosco de las pipas.
Una tradición de todo almeriense
José Ángel Pérez asegura que por entonces eran tiempos de esplendor. La vida de la ciudad transitaba a diario por el Paseo, donde se ha encontrado siempre este kiosco. Allí estaban los mejores comercios, los bancos, los grandes cafés que sacaban las mesas a la calle y el lugar donde iban los jóvenes a pasear los domingos y a mirar los escaparates. Llegó a convertirse en una tradición, después de salir del cine y antes de regresar a casa, ir al kiosco a comprar una bolsa de palomitas.
Igual que el cañillo en Puerta de Purchena
E, Pino define este negocio muy bien: “El kiosco de las pipas es al Paseo lo que el cañillo a la Puerta de Purchena”. Y además de muchos otros almerienses, Francisco G. Luque también tenía como tradición comer cada jueves palomitas del kiosco, “van ni pintadas para pegarte una buena sesión nocturna de Netflix”.
En el verano de 2006 a Antonio Cara, hijastro de Fernando Sánchez que trabajó con él, le llegó la hora de jubilarse después de cuarenta y cinco años viendo pasar la vida de la ciudad por delante de la ventanilla del kiosco. Su hijo, Francisco, fue el encargado de hacer el cambio de guardia para quedarse con el establecimiento familiar que había creado su abuelastro en 1958.
El kiosco de las pipas sigue siendo un lugar de culto, una referencia sentimental para varias generaciones de almerienses y un negocio que sigue dando de comer, aunque los mejores años queden ya muy lejos. Por eso, si eres de Almería, tienes que celebrar el Día de las Palomitas de Maíz aquí.