Capitulo 0
No es fácil ser humorista en este país. Ya la misma palabra ha quedado prácticamente desterrada de nuestro vocabulario y sustituida por cómico, que en este momento suena mejor, más anglosajona, como bien explica Darío Adanti.
Antes cómico sonaba a posguerra y hambruna. Ahora el cómico es alguien aceptado, uno más en la sociedad. Antes humorista sonaba a algo bueno, a especiales de veinte millones de espectadores. Ahora suena a risas en la sala de fiestas de un hotel de Benidorm en temporada baja. Sí, nuestro subconsciente es clasista.
España es un país rico en comedia. Del mismo modo que cada vez que alguien inicia una obra en el centro de Almería sabe que corre el riesgo de levantar una losa y descubrir un fósil medieval que le va a paralizar toda la inversión, en nuestra patria le das una patada a una piedra y te sale un cómico. Y además bueno.
Entre la traición a uno mismo y la supervivencia nos encontramos los caricatos. Buscando el equilibrio para poder seguir viviendo del cuento sin pasar hambre. Muy pocos lo consiguen. Y si hablamos de tener Éxito con mayúsculas, el círculo se cierra mucho más.
Debido a mi edad (tengo 42 y aparento sesenta) y a que siempre me las he ingeniado para vivir con lo mínimo haciendo lo mínimo y esquivando los trabajos de verdad, he tenido la suerte de hacer muchos amigos en el mundo del espectáculo. Dos de los que más admiro son Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes.
Siempre fieles a su estilo e intentando arriesgar, no dejan a nadie sin el culo torcío.
Cada nueva creación te hace querer gritar “¡Síberet!”. Y sí, la última es la mejor.
Capítulo 0
‘Capítulo 0‘, otra genialidad consistente en una serie compuesta por capítulos piloto de series que nunca verán la luz. De series que parodian a series para pasar a crear historias propias en un universo imposible de imitar. Partir de la imitación para ser inimitable. Rizar el rizo again.
Con la inestimable tercera pata (Miguel Esteban), hay capítulos en los que uno cree que se van a poner serios, pero les conoces. Sabes que es imposible. Les puede el gilipollas que llevan dentro y que jamás esconden.
Capítulo aparte es la factura técnica. No verás nada igual en la televisión nacional. Un gusto exquisito por la fotografía, la música, la iluminación, que hacen que sientas el síndrome de Stendhal. Y todo al servicio de la tontería. Otra joya en su museo. Coconut.
Como no podía ser de otra forma, aprovecho para el autobombo, y os recomiendo el mejor capítulo de esta temporada. ‘Terremoto’. Sí, en el que salgo yo.
Todos los martes en 0 de Movistar.