Turismo y Deporte

Modelo de gestión de playas: así se controla el Covid en otras provincias

Limitar espacio, horarios y aforo máximo son las medidas para controlar la ocupación del litoral que han adoptado Chipiona, Almuñécar y Salobreña

Discurriendo por varios de los paseos marítimos de la provincia de Almería se puede observar una marea de colores llamativos acompañada de diferentes estampados y formas. Un mosaico compuesto por cientos de sombrillas de playa que, en la distancia, parecen no dejar una separación de apenas metros de arena entre ellas. De cerca la separación tampoco se hace palpable. Un modelo de gestión de playas que dista mucho del de otras localidades costeras.

Es el caso de Chipiona, donde han sabido solventar con eficiencia las estrictas medidas de distanciamiento social propiciando un modelo de playas con aforo limitado y dividido en parcelas. Unas medidas que dan como resultado una imagen muy diferente a la que podemos ver en la costa almeriense.  Líneas perfectamente diferenciadas entre sombrillas: pasillos de seguridad y distancia social. Este es el sistema que proponen en localidades costeras como Chipiona, Almuñécar o Salobreña. Un modelo a imitar que es aplaudido por gran parte de los ciudadanos y turistas.

Garantizar la seguridad en las playas es uno de los retos a los que se enfrenta la provincia. Almería está siendo una de las zonas de España más afectada por los rebrotes del Covid-19. En verano, las playas son un lugar de principal afluencia de locales y visitantes. Por este motivo, se hace necesaria una correcta planificación de las medidas de seguridad, hacia un modelo de gestión de playas que permita reducir los riesgos. Se trata de un acercamiento que podemos ver en el manual de ‘Recomendaciones para la apertura de playas y zonas de baño tras la crisis del COVID-19’ del Ministerio de Sanidad. Unas propuestas que se quedan en papel mojado si las comparamos con la realidad de gran parte del litoral almeriense.

Una gestión de alto vuelo

Sin embargo, hay muchas iniciativas que pueden ser el espejo en el que se puede mirar la provincia de Almería para establecer medidas extraordinarias que garanticen la seguridad en las playas. Tal y como se ha adelantado en la introducción, el sistema de Chipiona se ha convertido en un ejemplo de control del Covid-19 en playas. Incluso en la televisión de Reino Unido Sky News alaban este plan de contingencia que prevé la afluencia de algo más de 60.000 bañistas controlados.

Zonas divididas en parcelas de 25 metros cuadrados en las que se pueden instalar las familias con total tranquilidad, y que están controladas a través del uso de drones. También se establece un horario para bajar a la playa, de 10:00 a 21:00 horas, para después proceder a la limpieza y desinfección. El control del aforo correrá a cargo de los vigilantes de la playa, un equipo compuesto por 38 efectivos que estarán en la arena y que serán auxiliados por una pareja de la Policía local.

Llamada a la responsabilidad individual

Aparte del mediático caso de Chipiona, en la costa granadina, municipios como Almuñécar y Salobreña, han puesto en marcha un plan para delimitar la ocupación de las playas. Una iniciativa que comenzó con el reparto de conos reutilizables para definir el espacio en la arena, bajo la supervisión de socorristas y auxiliares de vigilancia. Se trata de cuatro metros cuadrados por persona en los que se realizan camadas con un tractor para formar zonas de paso y de reposo. Además, también se ha fijado un aforo y horario de cada una de las playas.

Unos ejemplos de responsabilidad que parten de las administraciones, pero que se concretan en el civismo y las buenas prácticas de los ciudadanos que quieren pasar un día de playa sin correr riesgos. Unos modelos de gestión de playas que pueden ser un ejemplo a seguir en el litoral almeriense, tan afectado actualmente por el virus. Estas medidas también pueden hacer que  Almería se posicione como un referente de destino seguro, reactivando tanto el turismo de cercanía y el mercado nacional ante la caída de viajeros internacionales.

Nuria Faz

Periodista especializada en información y comunicación científica, y en marketing y comportamiento del consumidor por la Universidad de Granada. Fotógrafa de título y de oficio. Amante de la música y los festivales. El Cabo de Gata es su lugar favorito del mundo, amor que se tradujo en un documental ganador del Premio Nacional de Periodismo Francisco Valdés 2017.

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