7 curiosidades de la Iglesia de Cantoria
Una parada obligatoria a 140 kilómetros de la capital de Almería
Entre 1816 y 1870 se construyó una de las visitas obligatorias del municipio de Cantoria: la Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Carmen. Se trata de un monumento que a simple vista recuerda a un templo parroquial debido a su arquitectura. Está inspirada en el estilo neoclásico como puede apreciarse en sus dos torres laterales del exterior o en la planta de cruz latina, dividida en tres naves separadas por arquerías de medio punto.
Tras su creación fue restaurada en dos ocasiones. La primera vez se revistió el altar mayor con mármol de la zona, mientras que la segunda se trató de una serie acciones para recuperar el edificio. Contó con una inversión de más de 900.000 euros más donativos por parte de los vecinos de Cantoria.
Curiosidades
El ayuntamiento del municipio destaca estas siete curiosidades del monumento:
- Las verjas de hierro del pórtico proceden de la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid.
- La campana grande llegó de la catedral de Toledo.
- El obispo Orberá, que desplegó una gran actividad constructiva en esta ciudad y su provincia, fue un gran enamorado de la iglesia de Cantoria. Fue él quien consiguió varias subvenciones del Ministerio de Gracia y Justicia para terminar las obras, que durante esa época fueron dirigidas por el arquitecto Enrique López Rull.
- El órgano, que sufrió importantes daños en la Guerra Civil, se construyó con los restos de una antigua almazara en la ciudad de Orihuela en 1912.
- El retablo de bronce que rodea el camarín de la Virgen del Carmen, data de principios del siglo XX. Además, se costeó por la marquesa de Almanzora.
- La Iglesia contaba con un amplio patrimonio artístico. Se trata de tallas de madera, numerosas obras pictóricas y una rica orfebrería y ornamentación litúrgica, pero se destruyó durante la Guerra Civil.
- Se conservan una serie de pinturas procedentes del Museo del Prado. Estas son el cuadro de imposición de la Casulla a San Ildefonso, obra de Antonio Lanchares, pintor madrileño del siglo XVII discípulo de Zurbarán; un cuadro de Santa Teresa de la Escuela Sevillana, así como un cuadro de San Juan Bautista.
Se trata de unos datos curiosos que pueden servirnos de gran interés si decidimos desplazarnos hasta esta localidad situada a 140 metros de la capital de Almería.