‘Qué bello es vivir’ un concierto de El Kanka
El cantante malagueño actuó en el recinto de conciertos del ferial acompañado por Lena Carrilero
La belleza es la cualidad de provocar placer sensorial en quien contempla o escucha. Bello puede ser el toque de la guitarra, la letra de una canción, una voz que suena fuerte, pero suave como el terciopelo… Ayer lo fue todo, ‘qué bello es vivir’ un concierto de El Kanka. Casi 800 personas repartidas por todo el recinto de conciertos del ferial se unieron en torno a dos guitarras. Primero la de la almeriense Lena Carrilero y, más tarde, la de El Kanka.
Lena Carrilero ha trazado un camino sinuoso que la ha llevado por diferentes provincias y países hasta que la ‘extraña normalidad’ la ha traído de vuelta a Almería, después de años viviendo fuera de la que considera “su tierra”. ‘Etéreos’ fue el tema encargado de abrir la noche, en una actuación que se notaba muy especial para Lena. También singular su segunda canción, ‘Sam’, dedicada a las personas que te cruzas en el camino y te hacen cambiar la forma de ver las cosas. Cercana, dicharachera y talentosa, Lena Carrilero introdujo al público en su universo con temas como ‘Volarás’ o ‘Baila En La Estación’. El final del concierto fue un antes y un después con los temas ‘Extraña Normalidad’, escrito tras el confinamiento y, mi favorita, ‘Río Salvaje’ en la que se puede palpar su camino de ‘mochilera musical’.
Música en «la de levante y poniente»
El público rompe en aplausos con tan solo su presencia. El Kanka, aunque agradecido, confiesa “pero si todavía no he hecho nada”. Almería fue su parada número 21 desde que la música pudo retomar de nuevo su camino. Un camino diferente, con obstáculos pero con la misma meta de siempre: hacernos vibrar.
‘Sabéis quiénes sois’ los que nos vemos las caras concierto a concierto y apoyamos la música en directo. En el caso de El Kanka no iba a ser menos, en un concierto que empezó con este tema que escribió su historia durante el confinamiento. En Almería, “la de levante y poniente”, la segunda canción, ‘Andalucía’, nos tocó el sentimiento. La primera parte del concierto continuó con ‘Pierre Nodoyuna’, y la redundancia de lo hermoso con ‘Qué Bello Es Vivir’ o ‘Todo Pasará’.
Mientras tanto la intérprete de signos, Raquel, ‘nos alegraba la vista’ con su amable y necesaria labor, y El Kanka los oídos con temas como ‘Vengas Cuando Vengas’, ‘Querría’, y el recuerdo hecho canción: ‘Zamba Para Mi Padre’.
El Kanka confiesa no saber discernir entre sus canciones, y que sabe que una es bonita por el “ohhh” que provoca en el público las primeras notas. La primera interjección de la noche fue para ‘Volar’, un tema en el que se notó especialmente la magia que el malagueño tenía anoche en la garganta. Volar, pero sin ser un Superman. Bustamante se apodera por un segundo del cuerpo de El Kanka con este fragmento de la canción que María Pellicer, manager y socia del artista, detesta. “A María no le hace ninguna gracia que cante este trozo, es como que me cargo el climax, me mira mal”.
Ternura, risas y rebeldía
Si dijéramos de volar muchos no levantaríamos un palmo del suelo después del confinamiento con tanto dulce y pan de masa madre. “Que el cuerpo está muy bien pero hay que coger un libro de vez en cuando” sería la frase que resume los temas ‘Guapos y Guapas’ y ‘A Dieta de Dietas’. Un poco de hambre si que nos dio el trabalenguas gastronómico, pero nos llenamos el buche de ternura con temas como ‘Sí Que Puedes’, ‘Por Tu Olor’ y ‘Para Quedarte’.
La recta final se acercaba y El Kanka no nos engaña: “haremos como que nos vamos como en la normalidad antigua, pero con que solo una persona pida que volvamos, lo haremos y cantaremos varias”. Risas especiadas con un poco de ‘Canela en Rama’, una de las más celebradas y cantadas, no sabemos si por el efecto de los bises.
‘Lo Mal Que Estoy’ fue una de las más animadas de la noche y los asistentes “le echaron huevos” para poder seguirle el ritmo a la lengua de El Kanka que pronunciaba como si no hubiera un mañana. Llegó la hora de la rebeldía con ‘A Desobedecer’. Algunos asistentes se levantaron de sus sillas mirando a los de seguridad «con ojos de cordero degollado» con ganas de vivir la música e interpretar la letra con sus cuerpos.
‘Me gusta’ vivir conciertos que acaban con buen sabor de boca y con el alma apretando la caja torácica, y El Kanka es uno de esos artistas que siempre consiguen colocarte la sonrisa sea con músicos, en acústico, sentados o pegando saltos.