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Tres leyendas de la Ermita de las Ánimas Benditas de Adra

Ojito con las almas del Purgatorio, que son vengativas y lo mismo te dan que te quitan

En la localidad de Adra encontramos la pequeña Ermita de las Ánimas Benditas, un lugar donde se mezcla la leyenda y la tradición, donde se da vida a cientos de historias cuyo protagonista son las ánimas. Existen un total de cinco capillas dedicadas a las ánimas en Adra, pero la del arco es la que más popularidad tiene y más gente atrae.

La devoción a la figura de las ánimas surge durante las sesiones celebradas en el Concilio de Trento, concretamente en la sesión número 25, cuando se puso en tela de juicio dónde acudían aquellas almas que no iban ni al cielo ni al infierno. Durante esta sesión, se sentenció la existencia de un Purgatorio, donde las almas recibirían el alivio mediante la oración de los fieles, quienes celebrarían misas en su recuerdo.

Plaza del Ayuntamiento en 1966. Foto del Ayuntamiento de Adra.

Así, el culto a las ánimas del Purgatorio comenzó a correr como la pólvora por toda la cristiandad. Y esta tradición también se trasladó a la localidad abderitana, donde a finales del siglo XIX existía una hermandad cuya labor era pedir limosnas por las calles de los pueblos. Los vecinos del pueblo les temían, pues quien no entregaba dinero era amenazado por la hermandad.

Tras la Guerra Civil vuelve a resurgir esta devoción en el pueblo, cuando Ana Espinosa, una de las vecinas, pide a las ánimas que sus familiares vuelvan a casa sanos y salvos de la Guerra. Prometiendo que, si lo hacían, volvería a reconstruir la Ermita de las Ánimas Benditas.

Ánimas vengativas

Las promesas realizadas a las ánimas son conocidas como “mandas”. Mediante ellas, los devotos piden favores a cambio de ofrendas. Las más comunes son las velas llamadas «mariposas». Estas, según la tradición, sirven para alumbrar las almas que viven en el Purgatorio.

Si la promesa no llega a cumplirse, las ánimas se vengarán de ti, haciéndote la vida imposible hasta que la manda se cumpla. Y como decíamos, existen muchas historias contadas por los vecinos de Adra que han acaecido en las mismas calles y casas del pueblo.

Manuel y la lotería

La historia más conocida es la de Manuel, un hombre al que le tocó varias veces la lotería gracias a las ánimas. En su última petición, Manuel debía entregar a estas almas una figura de escayola. Sin embargo, no pudo cumplir con esta manda, haciendo que las ánimas le arrebatasen todo.

Plaza Vieja de Adra. Foto del Ayuntamiento de Adra.

El ‘Santo Entierro’

Cuenta la leyenda que las ánimas pueden manifestarse físicamente. Y así lo narra esta segunda historia entorno a la Ermita de las Ánimas Benditas de Adra. El ‘Santo Entierro’ es una procesión que recorre el pueblo de Adra a partir de las doce de la noche. Se dice que está formada por ancianas a las que debe rendirse culto. Si encuentras esta procesión por la calle, deberás arrodillarte ante ellas y rezar. De lo contrario, los vecinos cuentan que quien no les reza, muere a los pocos días.

Las campanadas

También es popular la historia de una mujer encargada de tocar las campanas de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Adra. Un día la mujer cayó enferma y, al no poder tocar las campanas, mandó a su hijo a la Iglesia a que lo hiciese por ella. La madre, sospechando que su hijo se olvidaría, pidió a las ánimas que tocasen las campanas por él. Y así repicaron las campanas sin que nadie las tocase.

Iglesia de la Inmaculada Concepción.
Iglesia de la Inmaculada Concepción. Foto del Ayuntamiento de Adra

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