Reviviendo la decoración más antigua y valiosa del Teatro Cervantes de Almería
Cuidar este espacio es toda una aventura ya que los servicios de limpieza han llegado a sentir la presencia de ‘algo más’
El Teatro Cervantes, uno de los edificios más emblemáticos de Almería, cuenta ya con 100 años a sus espaldas. Un espacio que ha albergado espectáculos, eventos, galas, ferias, y hasta hechos impactantes que marcaron la historia de la provincia, como el asesinato de la famosa actriz Conchita Robles. Un lugar que, a día de hoy, sigue siendo empleado como centro neurálgico de la cultura de la capital y que necesita un cuidado especial a cargo de empresas especializadas como PROSAL Limpiezas, la entidad encargada de mantener impoluto este lugar y respetar la antigüedad de sus rincones más importantes.
Cualquiera que haya visitado el Teatro Cervantes puede comprobar que su decoración, que corrió a cargo de López Rull, no puede tratarse como a cualquier otra. Aunque el paso de los años haya forzado a la renovación de sus objetos, los colores blanco, oro y grana siguen siendo los grande protagonistas de esta sala. Unos tonos que impregnan el frontispicio, las columnas, los brocados de las paredes o las máscaras griegas tan características de la farándula teatral.
Desde PROSAL Limpiezas nos aseguran que cuidar de este espacio es más complicado de lo que parece. “Para conservar cada detalle tenemos que seleccionar los productos y herramientas que sean más nobles con cada superficie”.
Con cuidado y productos especiales
Para comenzar con la limpieza de la decoración del Teatro Cervantes, la empresa empieza por el lugar donde ocurre la magia, el escenario. Un elemento que, a pesar de no ser original, requiere el mismo mimo que el resto de elementos. Para recoger el polvo emplean una mopa de microfibra y un producto atrapa polvo neutro respetuoso con la madera. Posteriormente, se repasa la superficie con una fregona de microfibra y un producto hidratante para madera.
La cartelería antigua, como la que se encuentra en el mismo escenario o el cartel original de precios de las entradas al Teatro, se tratan con un plumero de microfibra para retirar el polvo y, a continuación, una bayeta en húmedo con productos neutros. Todo para perpetrar la vida de lo que se considera parte de la historia cultural de Almería.
Los brocados de alrededor de los palcos, como las máscaras griegas que representan la tragedia y la comedia, o los que se hallan a ambos lados del proscenio, unos búcaros sujetos a cada lado por niños, que representan la música y la declamación, son tratados con plumeros de microfibra también.
En las alturas
La zona más difícil de acceder es el rosetón calado del techo, con adornos de oro y luminarias divididas en ocho rosetones a su vez. La dificultad aumenta con las bombillas que se sitúan alrededor de su circunferencia y en el centro, donde se encuentra la mayor cantidad de luminaria. Para llegar hasta aquí PROSAL emplea una pértiga extensible con una aspiradora adaptada. Todo para asegurar el tacto delicado y la seguridad de su personal. Los altos de todos los palcos y las cortinas también se limpian con esta herramienta.
Esta misma es la que utiliza para el bambilón sobre el telón de terciopelo que se encuentra en la embocadura del escenario. Un elemento de alto valor que fue hecho por las monjas del Servicio Doméstico, por decisión expresa del Consejo de Administración. Está compuesto por hilos de oro que forman grandes arabescos y que dibujan las iniciales ‘TC’. Los flecos dorados se encargan de poner el acento final a esta decoración tan importante para el Teatro Cervantes.
Los brocados revestidos de pan de oro siguen en las alturas, como la gran lira dorada sostenida por dos musas de la música que luce en el centro del frontispicio, y entre dos columnas con jarrones encima de ellas. A este se intenta llegar con una pértiga extensible con un plumero de microfibra adaptado. El mismo que se utiliza para los querubines que sujetan las lamparitas de los palcos de la primera planta y las guirnaldas a relieve en blanco y dorado.
Un fantasma
El personal de PROSAL asegura que limpiar aquí es toda una aventura. No solo por las miles de historias que encierran las paredes del Teatro Cervantes, sino también por la trágica escena que hizo eco en Almería en 1922. Una crónica que ha dado mucho de qué hablar en los últimos 100 años.
Algunos compañeros de esta empresa aseguran haber visto sombras, escuchado pasos o sentido la presencia de ‘algo más’ en una habitación en la que se supone que estaba a solas. Rumores que, lejos de ser reales o no, siguen revoloteando a sus anchas en la ciudad de Almería.