Salud

Carlos Solas: «A veces tengo que escupir mi propia saliva porque no puedo tragar»

El almeriense solo come papillas y ha perdido ocho kilos en un mes a causa de la EoE, pide ayuda para la investigación de un fármaco efectivo

Carlos Solas es almeriense, profesor de tenis y tiene Esofagitis Eosinofílica (EoE). Se trata de una enfermedad poco frecuente que provoca la inflamación del esófago con aumento de los eosinófilos, éstos se dirigen hacia la inflamación y se concentran en la mucosa del esófago impidiendo la ingestión de alimentos. En los casos de mayor inflamación, la comida se queda atascada en el esófago sin poder bajar al estómago. «A veces tengo que escupir mi propia saliva porque no puedo tragar» asegura el afectado.

Como Solas hay diagnosticadas en España alrededor de 40.000 personas con EoE. Por ello, la Asociación Adeseo ha abierto un ‘crowdfunding’ para conseguir 57.000€ y apoyar la investigación que se está realizando desde el Hospital General de Tomelloso acerca de la enfermedad. El doctor Alfredo Lucendo, atestigua que hasta ahora los fármacos que hay para esta enfermedad no son eficaces para la mayor parte de pacientes. Es por ello que su grupo de investigación se ha embarcado en el proyecto de desarrollar un nuevo medicamento potencialmente eficaz para el tratamiento de la Esofagitis Eosinofílica . «El objetivo es encontrar el antídoto para que no se nos cierre el esófago constantemente con cualquier tipo de alimento. Hay personas como yo a las que ni los corticoides ni el Omeprazol les hacen un efecto significativo«, aclara el profesor de tenis.

La evolución

Carlos Solas afirma que aunque haya unos 40.000 casos de esofagitis identificados, en realidad hay muchos más. Solo que como es una enfermedad poco frecuente la gente no sabe que la padece.

El primer episodio del almeriense fue en el año 2014. Pensaba que se había atragantado y fue a urgencias. Le hicieron una endoscopia sin anestesia y comprobaron que no se estaba atragantando, era el síntoma de su enfermedad.

Por aquel entonces comenzó su propia dieta de exclusión, dejó de comer los alimentos que se sentaban mal y empezó a llevar una vida relativamente normal. Creía que era una simple alergia. Sin embargo, ha llegado el momento en el que ha dejado de controlar lo que le sienta bien o mal. «Este año ya no sé que comer, estoy a base de papillas y he perdido ocho kilos en el último mes. Me siento muy flojo muscularmente y psicológicamente me estoy recuperando», aclara Solas.

La peor parte

La parte psicológica es la que más está sufriendo: «al final no tengo la calidad de vida que una persona puede desear. El clima de Almería incita a quedar amigos para comer y tomar unas cervezas y no puedo hacerlo». Ahora mismo el profesor pasa la mayor parte del tiempo en su casa controlando la enfermedad y pendiente de que no le de un brote porque, en ese caso, tiene que acudir a urgencias. «Como no hay medios, cuando llego al hospital espero y me dan una manzanilla para comprobar que no tengo atragantamiento», aporta el Carlos Solas. Una vez corroboran esto le suelen pinchar Nolotil y Omeplazol y Diazepam, pero esto no le hace nada. Finalizado este proceso el paciente se marcha a su domicilio: «A veces llego a casa y están mis padres y mi mujer esperándome con una sonrisa, pero yo lloro porque no quiero que lo pasen mal».

La esperanza de Solas y de todas las personas que padecen EoE está puesta en la investigación del nuevo fármaco. Por ello, piden que colaboremos con una donación por mínima que sea: » si cada almeriense aportara un euro sería más que suficiente«.

Correos sin éxito

Carlos, en su búsqueda desesperada por encontrar una solución a la Esofagitis Eosinofílica, escribió un correo a Sanidad pidiendo ayuda. Este organismo, lejos de ofrecerle una respuesta válida, contestó a su email con una «respuesta sin sentido», según el mismo Solas.

Nuria Faz

Periodista especializada en información y comunicación científica, y en marketing y comportamiento del consumidor por la Universidad de Granada. Fotógrafa de título y de oficio. Amante de la música y los festivales. El Cabo de Gata es su lugar favorito del mundo, amor que se tradujo en un documental ganador del Premio Nacional de Periodismo Francisco Valdés 2017.

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