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El Paraje Natural de Alborán, un tesoro almeriense en mitad de la nada

Sus aguas protegen especies endémicas únicas en el planeta

Localizado a medio camino entre los continentes europeo y africano encontramos la Isla de Alborán, un islote volcánico cuya administración pertenece a Almería. Se encuentra a 88 km del sur de Adra y desde 2003 ha llevado como consigna la declaración de paraje natural por los fondos y las especies marinas que sus aguas encierran. A tan solo 100 metros se ubica el Islote de La Nube, que se encuentra unido a Alborán mediante un canal de no más de dos metros de profundidad conocido como el “Canal de las Morenas”.

Su enclave estratégico, entre las aguas del Océano Atlántico y el Mar de Alborán y las dos grandes extensiones de tierra que la arropan, hacen de este lugar un paraíso de gran riqueza natural. La presencia de especies endémicas, algunas de ellas amenazadas, otorgan un valor añadido a la Isla que dio pie a su consideración como paraje natural. Así, la ley aprobada por el Parlamento Andaluz supuso la conservación de hábitats marinos y terrestres que precisaban de una mayor protección.

Imagen de la Junta de Andalucía

Sitiadores sin éxito

El nombre de “Alborán” proviene del apodo con el que era conocido el corsario Mustafá ben Yusuf al Mahmud ed Din, Al-Borany, una palabra turca que significa “tormenta”. El corsario tunecino se apropió del islote en su navegación por el Mediterráneo, instalándose en él para atacar las costas ibéricas. Así, la isla acabó conociéndose como Al-Borany, derivando más tarde en el nombre “Alborán”.

Aunque la Isla ha presenciado la huella humana desde la Antigüedad, pues en sus alrededores se han encontrado vestigios de anclas y ánforas romanas. Aquí también tuvo lugar la batalla que lleva su propio nombre, la batalla de la Isla de Alborán. Una de las primeras contiendas de la Armada Española, el 1 de octubre de 1540.

Desde el año 1833 pertenece administrativamente al Ayuntamiento de Almería, concretamente al distrito del barrio de Pescadería. Aunque el mantenimiento de su faro pertenece a la Autoridad Portuaria. Los intentos de varios barcos de pesca soviéticos de tomar la isla a mediados de la década de 1960 hicieron que la Armada Española se estableciese allí de manera permanente.

En la actualidad lo único que se puede ver en la isla es un faro, un cementerio de reducidas dimensiones con tres tumbas, un amarradero y un helipuerto. Fuera del cementerio hay otra tumba que, según diversos autores, podría pertenecer al corsario tunecino.

Especies únicas en el mundo

Con una superficie aproximada de 264 kilómetros cuadrados, el Paraje Natural de Alborán comprende unos fondos bien conservados y favorecidos por la confluencia de las dos masas de agua comentadas anteriormente. Esto ha provocado la proliferación de procesos biológicos y meteorológicos únicos. Así, encontramos en la isla la existencia de cuatro especies vegetales endémicas únicas a escala planetaria (manzanilla de Alborán, jaramago de Alborán, tomillo sapero y algazul). También alberga formaciones tan apreciadas como el coral rojo y el coral naranja o los bosques de algas laminarias.

Pero la flora marina no es la única que sobresale en este medio, pues también encontramos la existencia de fauna tan valiosa como el delfín mular. Además, el área de Alborán es también un punto clave para las migraciones de numerosos cetáceos de grandes dimensiones como las ballenas piloto, más conocidas como “calderones”.

Por otro lado, supone un punto de gran importancia para la nidificación de la gaviota patiamarilla y la gaviota audouin, así como sirve de estación de paso para los largos viajes migratorios de una gran diversidad de aves.

A pesar de su pequeño tamaño, la isla entraña cuevas de gran belleza como la Cueva de las Lapas, la Cueva del Pagel o la Cueva del Lobo marino. Algunas de ellas incluso con lagunas subterráneas.

Imagen de la Junta de Andalucía

Estas sirven de refugio para las focas monje, una especie en peligro de extinción que en antaño utilizaba las playas del mediterráneo para reproducirse. Pero la masificación humana y la depredación ha hecho que esta especie elija lugares más marginados para hacer su vida, como las cuevas del Paraje Natural de la Isla de Alborán. Las costas almerienses ya habían servido de refugio para la foca monje, concretamente en la zona del Arrecife de las Sirenas, un hecho que dio lugar a la leyenda que le da nombre.

Musa de un éxito universal

El Paraje Natural de Alborán también ha servido de inspiración para el famoso videojuego Resident Evil 4, que tomó el islote para recrear el nivel denominado “La Isla”. El videojuego, lanzado en el año 2005, obtuvo un gran éxito comercial, vendiendo más de 7,40 millones de copias a nivel mundial.

Imagen de la Junta de Andalucía

La imagen de portada «Coral naranja» es de jome jome bajo la licencia de CC BY-NC-ND 2.0

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