Las tardes al fresco con una silla, un bocadillo, el agua y una buena charla con los vecinos son tradiciones de barrio que nunca deberían perderse, y en Almería lo tenemos claro. Por eso, la Asociación de Vecinos del Casco Histórico ha comenzado un proyecto de convivencia para recuperar lo que existía hace unos años.
«Muchos de nosotros llevamos desde hace muchos años viviendo en el Casco Histórico pero solo nos conocemos de vista. No sabemos a qué nos dedicamos, qué hacemos…», asegura la presidenta de la asociación Magdalena Cantero.
Con el fin de fomentar la convivencia y el ambiente del barrio la asociación se ha propuesto volver a ocupar las calles con poco tránsito de coches. Lo que les interesa es conocerse y darle vida al barrio. Cada vecino se lleva su silla de casa, después se presenta y cuenta a qué se dedica. Otros se reúnen en corrillo y hablan de distintas cuestiones.
Una actividad que humaniza
Cantero añade que el mundo en el que vivimos debido a varios motivos, como la tecnología, hace que cada vez seamos más individualistas. Opinión que comparte otro de los vecinos que aporta que la iniciativa de las tardes al fresco es muy buena: «todo lo que humanice los espacios y nos permita a las personas tener una proximidad en este tiempo de tecnología está muy bien. Yo creo que los centros históricos siempre han tenido esa cualidad de cercanía. El Casco Histórico aun no es un espacio urbano masificado de coches y hay que apoyar esa tranquilidad y esa calidad de vida».
Desde la asociación pretenden que las calles vuelvan a ser las prolongaciones de las casas, como antiguamente como cuando otra de las vecinas del barrio se quedaba hasta dormida: «Yo estoy encantada de pasar las tardes así. Desde el año 74 que vivo aquí el barrio era la sillica, el bocadillo y la jarrica de agua. Salía a la calle con mis padres y vecinos, y hemos pasado ratos hasta quedarnos dormidos«.