Piedra Lobera, el refugio de los últimos lobos de Almería

“Cuando lo colgaron por la cabeza del balcón del Ayuntamiento, la cola llegaba hasta el suelo”

La espectacular formación caliza de Piedra Lobera es un espacio natural situado en la Sierra de Lúcar, en el Sistema Bético de la provincia de Almería, dentro de la comarca del Alto Almanzora. Sus paredes escarpadas sobresalen del conjunto paisajístico, rompiendo con el equilibrio y ofreciendo una escena peculiar. Como si la montaña desgarrase el suelo y quisiera levantarse de entre las malezas. Pero lo más curioso del lugar es su nombre. Una leyenda cuenta que aquí es donde se llevó al lobo a la extinción en esta zona de Almería.

Piedra Lobera no recibió ese nombre por casualidad y es que cuenta la leyenda que este fue el lugar donde se extinguieron los últimos ejemplares de lobo que convivían en estas sierras. Concretamente a finales del siglo XIX, según el informe de ‘Naturaleza Almeriense del Interior’ editado por la Diputación y el Instituto de Estudios Almerienses.

El último lobo

Cuando un leñador de la zona acabó con la vida del último ejemplar decidió llevarlo al Ayuntamiento porque aquí recibiría una recompensa gubernamental. Una retribución que por aquel entonces se otorgaba a aquellos que trajesen la cabeza de las especies que se consideraban “alimañas”. Debía ser un ejemplar de lobo viejo porque cuentan que, cuando lo colgaron por la cabeza del balcón del Ayuntamiento, la cola llegaba hasta el suelo.

Para evitar que los ciudadanos se aprovechasen de la situación y presentasen siempre el mismo lobo con el fin de recibir la recompensa, algunas figuras de la administración se encargaban de cortar las orejas de los lobos y enviarlas al Gobierno Civil.

Piedra Lobera, foto Junta de Andalucía

Siglos de caza al lobo: extinción

Durante el siglo XV el lobo ibérico era una especie abundante en toda la provincia de Almería. Pero su persecución lo llevó casi a la extinción. El principal motivo de persecución señalaba a la clase señorial como culpable, al considerarlo como un enemigo por afectar a la fauna cinegética del lugar. La segunda causa que alimentaba dicha persecución eran las incursiones que el lobo hacía sobre la ganadería doméstica, cuando no encontraban sustento en la montaña y debían bajar a por alimento.

Otro motivo de su persecución responde al curioso empleo que se hacía de esta especie como “arma social”. Se introducía de manera intencionada en los pueblos para causar miedo en la población. Una acción que respondía a fines de diversa índole. Así, podemos decir que de aquí procede la reconocida frase “Que viene el lobo”. Todos estos factores llevaron al lobo ibérico a su desaparición progresiva en la zona de Piedra Lobera a mediados del Siglo XIX.

El “Diccionario de Pascual Madoz” hace referencia a la caza del lobo en distintas zonas. Entre ellas encontramos las zonas apartadas de la Sierra de Lúcar, Filabres y, especialmente, la Sierra de “Las Estancias”.

Por otro lado, un informe del Ministerio de Fomento de 1859 indicaba que el lobo ibérico ya había sufrido un fuerte declive en la zona. Entre las causas de esta decadencia destacaba la puesta en marcha de cultivos de nuevos terrenos, la explotación abusiva del arbolado y el aumento de yacimientos mineros.

En el año 1864, la lista provincial sobre caza de alimañas, ya no incluía al lobo como una especie cuya caza era recompensada, debido a su escasez. Así, hasta los años 30 del siglo XX se podían seguir viendo algunos lobos en las zonas de la Sierra de Baza.

Flora endémica

Piedra Lobera constituye un hito geográfico de interés por la importante flora endémica que alberga. Esta se haya adaptada a las duras condiciones climatológicas de esta zona de Almería. Pocas lluvias, largos periodos de insolación, fuertes vientos, frecuentes heladas…Así, encontramos especies tan exclusivas como la Arenaria Tomentosa que cumple con la función de almohadilla. Es decir, contrarresta los azotes de viento tan usuales de la zona.

También existen otros ejemplares como la Madreselva del Pirineo que vive entre las fisuras de la roca, o la exótica Peonía. Esta última ofrece propiedades medicinales, pero cuidado, porque en determinadas concentraciones puede resultar ser peligrosa.

A grandes rasgos, Piedra Lobera está repleta de bosquetes caducifolios y espinos. Entre ellos encontramos el Durillo Dulce, el Espino Albar y Mostajo o el Majuelo.

Salir de la versión móvil