Cuando se habla de Almería y energías renovables normalmente se asocian ambos conceptos con la abundante radiación solar que llega a la provincia. No en vano, el astro rey no sólo nos permite disfrutar de un clima único, del que se favorece toda la industria turística almeriense. También ha permitido la aparición de Almería en el mapa científico mundial gracias a las investigaciones llevadas a cabo en la Plataforma Solar de Almería, emplazada en Tabernas. Sin embargo, no es este el tema del que vamos a hablar. Existe otro fenómeno climático muy presente en nuestra provincia que marca la vida del almeriense de una u otra manera, el viento. Un fenómeno aprovechado mediante los parques eólicos de la provincia.
Los veraneantes que buscan un día de playa tranquilo lo evitan, los que pretenden disfrutar de deportes como el Kitesurf lo persiguen y, aunque para muchos pueda resultar molesta su arraigada presencia (que en ocasiones vemos alargarse ininterrumpidamente durante semanas), lo cierto es que todos y cada uno de nosotros lo aprovechamos.
Y lo cierto es que lo hacemos cada vez que cogemos un alimento del frigorífico, encendemos las luces de nuestra casa o cargamos nuestros dispositivos electrónicos, pues parte de esa electricidad que consumimos tiene su origen en el viento que barre la provincia de un extremo al otro. Los aerogeneradores -comúnmente llamados “molinos de viento”- permiten transformar la fuerza del viento en potencia mecánica sobre un eje, el cual alimenta a una máquina eléctrica situada en lo alto de la torre, generándose finalmente la electricidad que consumimos.
Almería en el tercer puesto
Atendiendo a la información publicada por la Consejería de Hacienda, Industria y Energía, en Almería hay registrados actualmente 19 parques eólicos, que se encuentran dispersos principalmente por el interior de la provincia. Serón, Nacimiento, Tíjola, Fiñana, Vélez-Rubio o Enix son sólo algunas de las localidades que albergan a estos gigantes. Ahora bien, el número de parques no es un indicador que aporte información completa de la importancia de la energía eólica en nuestra provincia, para poder obtenerla hay que analizar datos de potencia y energía.
Cuando se habla de potencia instalada -medida en “vatios”- se hace referencia a la máxima energía eléctrica que puede producirse por segundo debido a las características de los aerogeneradores. Para ponernos en contexto, un aerogenerador común tiene una potencia de 1 o 2 megavatios (un megavatio equivale a un millón de vatios). Mientras que la potencia que se contrata en las viviendas es cercana a los 4 kilovatios (cuatro mil vatios). Es decir, un solo aerogenerador operando a máxima potencia podría satisfacer el consumo simultáneo máximo de 500 hogares.
Ahora bien, lo importante no es sólo saber cuánta electricidad es capaz de producir el aerogenerador en un instante en el que el viento sea muy fuerte, sino la energía que producirá a lo largo del tiempo -medida en “julios” o “vatios-hora”- y que verdaderamente cubre la demanda de los consumidores. No tendría sentido utilizar un aerogenerador de mucha potencia si el viento sopla únicamente dos días al año con la fuerza suficiente.
En ambos campos, Almería destaca entre las provincias andaluzas, ocupando el tercer puesto por detrás de Cádiz y Málaga.
¿A qué se destina esta energía?
Una vez conocidos los datos de generación habría que preguntarse qué ocurre con esa energía que se produce. Sin entrar en complejas descripciones de cómo se produce la venta de energía en el sistema eléctrico español, puede decirse que la electricidad producida mediante aerogeneradores interesa que se incorpore a la red siempre que sea posible. Reservando, de este modo, el uso de combustibles fósiles para cuando haya ausencia de viento. Así, dicha energía se sumaría a la producida por el resto de las centrales, distribuyéndose entre todos los puntos de consumo mediante el sistema de estaciones eléctricas y líneas de transporte que conecta todo el territorio peninsular. De esta manera, midiendo la energía que sale de los parques eólicos y la energía que se consume en todas las casas, industrias, etc., puede estimarse qué porcentaje de la electricidad que consumimos en Almería es de origen eólico.
Con el dato mencionado de energía anual generada (935 GWh) y el dato de consumo eléctrico en la provincia que aporta el mismo organismo (3237 GWh), puede estimarse que un 29% de la electricidad que utilizamos tiene su origen en los parques eólicos junto a los que pasamos por la autovía o que vemos en lo alto de las sierras.
¿Qué ocurre con el viento de la costa?
Un hecho que llama la atención es que casi todos los parques eólicos almerienses se encuentran en zonas de interior, cuando ya se ha hablado de la fuerte presencia de viento costero. No obstante, no resulta un dato tan extraño cuando se estudia más detenidamente. La gran mayoría del suelo cercano a la costa se emplea para cultivos, está urbanizado o se encuentra protegido por razones medioambientales. En la siguiente gráfica podemos observar como la costa de Cádiz y Almería son los lugares en los que más fuerte sopla el viento.
¿Existe alguna manera de aprovechar ese viento? Lo cierto es que sí. No es necesaria la instalación de grandes parques eólicos para poder aprovechar el viento. Se pueden emplear otros sistemas como, por ejemplo, la microeólica. En esta los aerogeneradores son más pequeños y se pueden instalar perfectamente en cualquier vivienda. Es útil en especial cuando se complementa con el tan de actualidad autoconsumo mediante energía solar.
Otra manera de aprovechar dicho viento es mediante la instalación de parques eólicos marinos, muy comunes en el norte de Europa. Esta tecnología off-shore presenta un problema importante para su implantación en las zonas marinas no protegidas de la costa almeriense. El coste de la fijación del parque al lecho marino aumenta desproporcionalmente a medida que aumenta su profundidad. Dado que, en el Mar de Alborán, y en el Mediterráneo en general, se llega a profundidades inviables rápidamente, deberá esperarse a un mayor abaratamiento de las técnicas existentes o al desarrollo de mejores sistemas flotantes. Ambas posibilidades cada vez con mejores perspectivas. Todo para poder ver estos proyectos hechos realidad sin tener que bañarnos con el aerogenerador delante de la orilla.
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