Las dudas de si podría realizarse o no en septiembre la vuelta al cole en la nueva normalidad se limitan a una cuestión muy concreta: La educación es un derecho. Esto es cierto, pero hay que considerar que el bienestar también lo es. En el marco legal de los derechos del niño, el Estado debe garantizar que todas las instituciones encargadas de su bienestar (entre ellas las escuelas) le ayuden y protejan de forma eficaz, según el Artículo 3 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de la ONU de 1989. También los docentes se están exponiendo a una situación que afecta a sus derechos y bienestar, pudiendo socavar su integridad física e incluso psíquica.
Estamos ante una situación complicada y me pregunto como Educadora Social y como andaluza residente en Almería: ¿Hay una preocupación real y el Estado está haciendo todo lo posible por darle prioridad a la Educación? ¿Se está considerando el bienestar de los niños y niñas y el de todas las personas relacionadas con el ámbito escolar? ¿Está la Junta de Andalucía trabajando en la vuelta al cole en la nueva normalidad desde que se cerraron las aulas en el estado de alarma?
Incremento de profesores
La Junta de Andalucía habla de un incremento de docentes. Según la Consejería de Educación y Deporte, en la provincia de Almería hay 646 maestros y profesores más que el curso anterior. También hablan de un apoyo económico, pero ¿es una realidad en todos los colegios? ¿Son suficientes?
Este artículo refleja la opinión de diferentes docentes de colegios de la provincia de Almería, algunos son responsables (directores, jefes de estudios…), sobre cómo es esta vuelta al cole en la nueva normalidad. Y es que hay una preocupación generalizada sobre cómo va a afectar realmente. Va a ser un paso decisivo ante la evolución del COVID-19. Eso lo sabemos todos, porque el ‘riesgo cero’, como así señalan todas las autoridades y expertos en la materia, no existe.
En Andalucía, únicamente se publicaron una serie de orientaciones y recomendaciones el 6 de julio para que cada centro las adaptara, en función de sus características propias (estructurales, funcionales, organizativas, etc.), y confeccionaran su propio protocolo COVID-19. A nivel local y municipal, el Ayuntamiento de Almería, por ejemplo, ha apoyado a los centros públicos de la capital con personal de limpieza, pero muchos otros ayuntamientos de la provincia no se han pronunciado al respecto.
Protocolo COVID-19
A nivel general, hay constancia de que la mayoría de los equipos directivos de los centros escolares han estado organizando la posible vuelta al cole, no tanta sobre los políticos (de manera generalizada), que hasta el último momento no se han hecho partícipes de la preocupación de padres, madres, alumnos, alumnas y docentes. Y es que las vacaciones son sagradas.
Con las pautas del 6 de julio de la Junta de Andalucía, muchos centros escolares, se pusieron manos a la obra. Han señalizado con flechas en el suelo o balizaje la circulación por el colegio, han diferenciado espacios en los patios para que entre clases no se relacionen, han puesto carteles preventivos (para no tocar barandillas, ventanas, etc), han organizado al equipo docente, han estipulado normativas internas (por ejemplo, máximo 3 personas en el baño), han colocado puntos de gel hidroalcohólico, han comprado termómetros…y otras medidas, según cada centro ha visto oportuno y, claro está, dentro de los recursos económicos, estructurales y humanos de los que disponen.
Habría que tener en cuenta que los recursos mínimos que ofrecía la Junta de Andalucía aún a día de hoy y una vez empezado el curso escolar, en muchos colegios, no han llegado.
“Comienza el curso y no tenemos agua en dos de los módulos. Además fui a recoger el material de mascarillas y geles hidroalcohólicos, pertenecientes a mi centro, y no los encontraron ni me los han enviado aún. De momento, los hemos tenido que financiar nosotros”.
M.E., Director y maestro de C.E.I.P
Seguridad y prevención en las aulas
En muchas aulas no hay una distancia de seguridad mínima, por la falta de espacio y/o profesorado para poder dividir al alumnado, habiendo como mucho una separación de un brazo entre los pupitres. Por ello, la solución ha sido crear los grupos burbuja o grupos de convivencia escolar, para que se relacionen siempre los mismos niños y niñas, y utilizar mascarillas. En su caso, la protección para los docentes es una mascarilla y, en algunos casos, un traje epi (pantalla para la cara, bata especial y guantes cuando sea necesario). Incluso en el patio se han hecho divisiones, con marcas en el suelo, o se han establecido espacios concretos para que esos grupos burbuja no jueguen ni se relacionen con otros.
“Deberían haber invertido en más maestros y que los grupos se hubiesen podido desdoblar. Si ya es difícil tener un grupo de 25 niños y darles una educación de calidad, imagínatelo con el COVID-19. Tendremos que reinventarnos y buscar otras metodologías, porque ¿cómo le enseño yo a 25 niños a leer y a vocalizar las letras llevando todos la mascarilla puesta?”.
V.M.I, maestra de 1º de Educación Primaria
Obligatoriedad
Algunas normativas son incongruentes, es obligatorio llevar a los niños y niñas al colegio pero si el centro escolar requiere hacer clases vía telemática, debido a las circunstancias propias, está permitido, ¿cómo?
Además “se deberán establecer orientaciones para las medidas organizativas que se tienen que tener en cuenta en el protocolo de actuación específico con respecto al profesorado especialmente vulnerable”. ¿Qué se considera riesgo? ¿Cómo se mide la vulnerabilidad?
Una maestra nos comenta que en su centro una de sus compañeras que está embarazada y es diabética está contemplada como paciente de riesgo y vulnerable sin obligación de ejercer físicamente, pero otra de sus compañeras, también diabética, está obligada a ejercer y tiene una clase de 25 alumnos.
“Yo soy mayor, tengo más riesgo que un niño, y no pido baja ni no ir a trabajar, a mi me encanta mi trabajo, yo quiero ir a trabajar pero quiero ir segura, puesto que después de haberme cuidado durante todo este tiempo, que me manden al frente de clases con 25 alumnos sin distancia de seguridad, no es justo”.
C.G.G, maestra de Educación Primaria (sexagenaria)
Recursos tecnológicos
Según el Decálogo para una vuelta al cole segura de la Junta de Andalucía: “…en el marco de la colaboración con el Ministerio de Educación y Formación Profesional, a lo largo del primer trimestre del curso escolar, se
pondrán a disposición de todos los centros sostenidos con fondos públicos que escolaricen alumnado en situación de vulnerabilidad tecnológica, otros dispositivos tecnológicos destinados a paliar dicha situación”.
¿Por qué durante el transcurso del primer trimestre? ¿Por qué durante el tiempo que han estado los centros cerrados no se han equipado las aulas con recursos que favorezcan el aprendizaje mediante las TIC, tan importantes en la situación actual? No lo sabemos.
La normativa en el ámbito educativo frente al COVID-19 en el marco de la vuelta al cole en la nueva normalidad sigue cambiando. Los equipos directivos de los centros tendrán que trabajar a la vez que evalúan la situación y la evolución de lo que ocurra, que es impredecible. Según la opinión de una maestra de infantil que prefiere mantenerse en el anonimato “mientras que las cosas de educación las dictaminen gente que nunca ha trabajado en un aula o que lleva mucho tiempo sin trabajar en un aula, pues no van a servir de nada”. Así lo ven también muchos de sus compañeros.
La opinión de los padres
No tener miedo al coronavirus y hacer vida normal no implica actuar ‘como siempre’, la situación es muy concreta, estamos ante rebrotes de una pandemia mundial. Los primeros que deberían saber eso son los padres y madres. La educación comienza en casa.
“Hoy ha sido el primer día de cole de mi hijo, en la puerta había padres grabando con el móvil cómo entraban sus hijos, sin respetar las distancias. Parece que el hecho de que los niños vayan al colegio ya implica ‘normalidad’, y no es eso”.
(J.V., padre de un alumno de infantil de 3 años).
“A mi su seño ya me avisó que iba a ser imposible guardar distancias con niños tan pequeños, que tenía que considerarla como alguien más de la familia con quién pudiese tener contacto. Me dijo: Si un niño se cae, ¿no lo voy a levantar? Tengo que cogerlo. Y es verdad”.
(C.M., madre de un alumno de infantil de 4 años).
“Yo voto si hace falta para que mis hijos vayan al colegio, aunque tengo claro que no sé cuándo pero que me van a decir que hay algún positivo en su clase. Eso es seguro, porque no me da la sensación de que el colegio haya cambiado nada, es igual, pero con geles y mascarillas”.
(C.B., madre de dos alumnos de Educación Primaria).
Situación impredecible
Recién estrenada la vuelta al cole comienzan los primeros casos positivos de COVID-19 en diferentes puntos de España. Este mes de septiembre se realizarán las primeras huelgas de los docentes en varias provincias del país. Hay muchas preguntas sin respuesta, y lo único que realmente sabemos es lo que ya sabíamos, que todo se verá con el tiempo. Aún desconocemos mucho sobre este virus y no podemos encerrarnos en casa y tener miedo a hacer nuestra vida y, sobre todo, a ejercer nuestros derechos. Pero también es cierto que no se ha dado el 100% en Educación en nuestro país, prácticamente nunca, siempre con constantes reformas de las Leyes de Educación y recortes cada vez que se producía un cambio político de gobierno, en lo que debería ser una prioridad.
Ahora cabe esperar que los pequeños de la casa sean más responsables que los adultos (muchos de esos que a día de hoy no se ponen bien ni la mascarilla) y los políticos de los que dependen. La educación es necesaria, los niños y niñas tienen que ir al colegio, pero la sociedad evoluciona y ahora debería ser el momento de revisar el sistema educativo. Hay que adaptarlo a las actuales necesidades, necesidades que incluso ya existían antes del COVID-19, como grupos más reducidos y nuevas instalaciones y recursos.
Y tú, ¿qué piensas de la vuelta al cole en la nueva normalidad?