Apilar piedras es una tradición ancestral vinculada a la magia, el culto o el psicoanálisis que se encuentra en diferentes culturas. En ciertos países de América se conocen como Las Apachetas y lo hacen a modo de ofrenda. Las culturas budistas y taoístas suelen amontonar rocas como una forma de representación del equilibrio interno, se atribuye también a los Inukshuk del Círculo Polar Ártico y en psicoanálisis ‘soñar con apilar piedras’ significa que ‘tomarás iniciativas para acabar con tus preocupaciones’, por poner algunos ejemplos. Además lo utilizan alpinistas, senderistas o campistas para marcar rutas donde no hay mucha vegetación o es complicado seguir el camino. Pero apilar piedras es peligroso para el ecosistema donde se encuentran.
Por desgracia, es muy común encontrar piedras apiladas, sobre todo en zonas de costa o áridas, se ha convertido casi en una moda. A veces se hace tan solo por un plano de fotografía o el típico selfie de turno. Seguramente las hayas visto en cualquier playa o cala de Cabo de Gata-Níjar, como en San Pedro donde hay montones. Realizar esta práctica no es malo, lo malo es el lugar que escoges para hacerlo. Hay que disfrutar del medio ambiente sin alterarlo.
Un desastre en cadena
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), advierte que el apilamiento de piedras perjudica a varias especies animales y vegetales, algunas de ellas en peligro de extinción, entre otras razones, por esta práctica. Las piedras aisladas crean condiciones especiales de temperatura y humedad que son claves para algunas especies de insectos, arañas, caracoles, lagartijas… que utilizan las rocas como refugio y dependen de las condiciones de microclima asociadas a ellas. Por este motivo es principalmente nocivo para las especies autóctonas.
Las estructuras realizadas con piedras apiladas modifican el hábitat tanto de la fauna como de la flora. Además, la disposición de las piedras influye en la dinámica entre depredadores y presas o entre competidores. Las consecuencias pueden llegar a alterar o romper el ciclo de la cadena alimenticia del lugar, porque si ciertos insectos mueren, estos invertebrados son, a su vez, la comida de diversos reptiles y aves, de los que dependen.
Si desconocías este peligro, toma nota. También te recomendamos que le eches un ojo a esta ‘Guía de prácticas cívicas para disfrutar en la playa sin molestar ni ensuciar’.