Es una de las tradiciones más arraigadas en la Alpujarra almeriense. Una muestra de la riqueza cultural de esta tierra del Indalo. Se remonta a principios del siglo XX, aunque hay quien afirma que tiene su origen en ritos romanos que tenían que ver con la fertilidad. La Candelaria o ‘La Virgen de los Papelicos’, congrega cada año a miles de personas en la localidad de Instinción.
Papelicos, roscas y tarta
Coincidiendo con la festividad religiosa de ‘la Candelaria’, el municipio tiene como tradición celebrar varios días de fiestas que culminan con la procesión de la virgen, toda una seña de identidad del pueblo, un evento único y que sólo lo podemos encontrar si nos damos una vuelta por este rincón alpujarreño.
Al paso de la virgen, los vecinos le tiran papelicos desde los balcones. Es una procesión única y exclusiva de este municipio. En un principio lo que se arrojaba desde los balcones eran pétalos de rosas, flor de almendro y romero. El tiempo y la economía han hecho que estas ofrendas naturales deriven en millones de papelillos que son recortados a mano por los vecinos.
Las tradiciones no terminan con los papeles. Antes de que la procesión de comienzo, el párroco bendice las roscas de pan que después se reparten entre los vecinos.
Igualmente, una gran tarta de merengue se rifa entre los asistentes a los actos y todo el dinero que se recauda de ella, se destina a las obras sociales de la parroquia.
Día de fiesta
La fiesta suele comenzar a las cinco de la tarde con la bendición de las roscas.
A continuación se da comienzo la procesión y la Virgen de la Candelaria recorre las calles del pueblo acompañada musicalmente. Es aquí cuando comienza la lluvia de papelicos.
Al finalizar la procesión, vecinos y visitantes degustan un rico ponche y presencian la quema de la ‘tradicional zorra’. Una verbena que pone fin a una jornada festiva.