Enclavado en la Sierra de María-Los Vélez, Vélez-Blanco es un destino que combina historia, naturaleza y cultura. Este pueblo almeriense destaca por su impresionante castillo, su casco histórico y su entorno natural privilegiado.
Patrimonio histórico
El Castillo de los Fajardo, construido en el siglo XVI, es el principal emblema de Vélez-Blanco. Esta fortaleza renacentista domina el paisaje y ofrece vistas espectaculares del valle. En su interior, se encontraba el Patio de Honor, una joya que ahora se exhibe en el Museo Metropolitano de Nueva York. El casco histórico conserva la esencia del pasado con edificios como la Iglesia de Santiago y el Convento de San Luis.
Naturaleza y rutas
El Parque Natural de la Sierra de María-Los Vélez es un paraíso para los amantes del senderismo y la fauna. Sus rutas permiten explorar paisajes únicos y descubrir flora y fauna autóctonas. La Cueva de los Letreros, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es famosa por sus pinturas rupestres, entre las que destaca la figura del Indalo.
Fiestas y tradiciones
Las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de la Encarnación, en agosto, son el evento más destacado. Incluyen procesiones, verbenas y actividades culturales. También son famosas las Jornadas de Música Renacentista, que atraen a artistas y público de todo el mundo.
Gastronomía
La cocina de Vélez-Blanco se basa en productos locales. Platos como las migas de harina, el trigo guisado y las gachas destacan por su sabor tradicional. Los dulces como los mantecados y los pestiños son imprescindibles.
Vélez-Blanco es un destino que transporta al visitante a otra época, ofreciendo una experiencia única que combina historia y naturaleza.