Montar un WC

En nuestro particular periplo por la historia, la creación, el origen del universo, es imprescindible reseñar el multiverso de los tutoriales, que haberlos haylos de muy diverso pelaje e índole. Tutoriales de todo tipo: tutoriales para amar, para comer saludablemente, para tocar los conciertos de trompa de Mozart, tutoriales para recrear las condiciones en las que se creó el universo. Pero los más entrañables, los que más hablan de la condición humana son los tutoriales que muestran al inútil espectador cómo montar un inodoro paso por paso. Es importantísimo que el documental esté narrado por una voz masculina sudamericana, a ser posible una voz masculina argentina, sí de nuevo los argentinos. Como psiquiatras y montadores de sanitarios no tienen precio.

El tutorial, hiperlógico, nos muestra en un principio la separación de materiales y herramientas: el arco de segueta, las pinzas, el martillo, llave ajustable, taladro, tornillos de fijación, tacos, brocas, nivel, estopa… complementos de la taza, la manguera, tuercas, tapones de terminación, y la taza del váter propiamente dicha, que el argentino, haciendo un alarde lingüístico sin parangón, nos presentará como retrete.

Tutoriales sin música

En este tipo de tutoriales no hay música de fondo para no distraer, ya se hizo una intentona pero la gente se distraía en la parte de aplicación de la junta selladora que conecta la taza al orificio del suelo. En este punto es importante observar que los taladros de sujección del sanitario no sobrepasen el techo del vecino de abajo, con lo cual habrá que utilizar una broca de tamaño entre mediano y largo, no largo, entre mediano y largo.

Es importante montar el sanitario mirando hacia fuera no hacia la pared, de ahí que se extirpe la banda sonora del tutorial y se sustituya por el rico y tonal acento porteño que facilita la instalación. Para finalizar se centra la tapadera y se ajustan los tornillos con la intensidad que uno prefiera, normalmente con dureza, para que la tapa baje con suavidad y no se nos rompa la cerámica.

Nuestro ideal de la modernidad, en la época de la revolución industrial jamás nos llevaría a pensar en la autoinstalación vía telemática de un cagatorio, en algunos casos nos seguiríamos conformando con un buen agujero en el suelo. Pero somos post post-modernos y en este mundo de corta y pega todo es posible.

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