Durante muchos años el sol de Villalán y el de Portocarrero, de la Catedral de Almería, han sido mencionados y confundidos de forma errónea. En esta colaboración voy a proclamar la misma tesis que mantiene el cronista oficial de Canjáyar, Emilio Esteban Hanza.
Una explicación muy distinta de la que conocemos. Hemos divulgado la historia de forma errónea entre almerienses y algunas instituciones.
La Catedral de Almería, que tiene por titular a Nuestra Señora de la Encarnación, se concibió en su origen para ser una fortaleza y un templo dedicado al culto católico.
La primera piedra fue colocada en 1524 por el obispo Franciscano Fray Diego Fernández de Villalán. La ornamentación renacentista vendría años después (1550-1573), a manos del artista Juan de Orea, con sus portadas.
Para el tema que nos ocupa, detengámonos en las figuras de los obispos protagonistas de la controversia: Diego Fernández de Villalán (cuyo mandato se extiende de 1523 a 1556) y Juan del Castillo y Portocarrero (1602-1631).
¿Jugamos a las diferencias de los soles de la Catedral de Almería?
Si observamos muy atentamente las imágenes, se pueden contemplar en las vetustas piedras de los muros catedralicios dos soles, que en la tradicional simbología cristiana representa a Jesús Resucitado.
De los cuales, podemos observar un sol brillante que alumbra el mundo y triunfa en las tinieblas de la muerte. También, apreciamos un segundo sol con un relieve grandioso, el cual, está tallado en el paño de levante orientado al sol naciente.
El primero de los soles al que nos referimos es visible desde la Calle Cubo, por donde procesiona la Santa Cena. En el exterior de la Capilla del Santo Cristo de la Escucha donde se encuentra el sepulcro de Villalán, podemos admirar el Sol de Portocarrero.
Un icono típicamente almeriense, imagen de la Universidad y de la Diócesis y reproducido mil veces.
El segundo es casi imperceptible a pie de calle. Esta incluido mínimamente en el escudo episcopal de Portocarrero, cuartel izquierdo, adherido en el muro Norte de la torre principal, del homenaje.
Las comparativas lo afirman
Al comparar ambos astros, se concluye que no se asemejan en nada. Respecto al tamaño, podemos decir que uno es de gran tamaño, con 36 rayos. El otro, tiene un tamaño mucho más inferior, con solo 16 rayos.
El de Villalán tiene una orla con un cordón de laurel, mientras que el de Portocarrero solo tiene como adorno una inscripción “ANOD1610”.
El primer sol no es heráldico, pues lo característico del escudo episcopal de Villalán son dos perros alanos, que también figuran en la fachada principal de la Iglesia de Santiago Apóstol. También, cuenta con un rostro antropomorfo, mientras que el segundo sí es de armas y la cara apenas está abocetada.
¿Por qué el sol de la Catedral de Almería es confundido?
De esta forma podemos concluir que, Esteban Hanza, tuvo razón en su alegato para defender que el radiante sol más conocido de Almería, no fue una ejecución ordenada por Portocarrero, sino por el obispo Villalán.
El causante de este error histórico fue el alcalde Gómez Angulo, que en 1968 creó un galardón para difundir la marca turística de nuestra tierra bajo el nombre de “Sol de Portocarrero”. La mecha ya estaba encendida.
¿Qué argumentos avalan su tesis?
Uno muy concluyente prueba que el controvertido “Sol del Cubo del Ábside” fue esculpido en la propia sillería del lienzo catedralicio en el año 1555. Obra regida por la Diócesis el obispo Villalán, y no bajo mandato del obispo Portocarrero, que se inicia varios años después, en 1602.
Sin duda, podemos decir que, es cronológicamente imposible que este último pudiera ordenarlo más de 40 años antes y con cuatro obispos entre medio: Antonio Corrionero de Babilafuente (1557-1570), Francisco Briceño (1571-1571), Diego González (1572-1587) y Juan García (1587-1601).
En cambio, sí hay constancia de que bajo Portocarrero se proyectara la torre principal, del homenaje, y que sobrepusiera su escudo heráldico en la piedra con la fecha 1610.
En la actualidad
No cabe duda que cada obispo designa su capilla funeraria, dejando Villalán escrito en su testamento que fuera enterrado en la capilla por él construida del Santo Cristo de la Escucha, en cuyo muro exterior se abre el cuestionado sol.
En cambio, según relató el entonces archivero de la Catedral, Don Juan López, presente en el momento en el que se encontraron los restos, fue a raíz de unas reformas en la Capilla del Sagrario.
La construcción había concluido durante su episcopado, cuando el arquitecto Fernando Cassinello halló el cuerpo del obispo Portocarrero prácticamente intacto. Con sus vestimentas y anillo episcopal perfectamente compuestos.
Sirvan, pues, estas líneas para contribuir a deshacer de una vez la errónea paternidad del sol de la torre absidal. En definitiva, se ha convertido en símbolo de Almería.
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