Está siendo un verano atípico, también en las playas. Si el Covid-19 ha cambiado nuestra forma de relacionarnos en todos los contextos, en el caso de los socorristas aún más. Los encargados de que los chapuzones trascurran sin accidentes han tenido que cambiar todos sus protocolos de actuación para protegerse y salvaguardar a los demás. Además de las medidas de seguridad y aforo puestas en marcha de forma generalizada, los equipos de socorrismo de las playas tienen que adaptar su forma de salvar vidas.
La premisa de la que parten es “atender a cualquier persona como si fuera positivo de coronavirus”. Sin embargo, Son muchos los escenarios posibles que requieren de la actuación de los equipos de rescate, y es muy difícil establecer un protocolo para todos.
Por ello, la Real Federación de Salvamento y Socorrismo ha desarrollado unas recomendaciones de soporte vital básico para socorristas en estos tiempos convulsos. Así, en la ciudad de Almería ya han realizado algunos simulacros con los que estar preparados para las emergencias que puedan acaecer en nuestras playas.
Dentro de las medidas adoptadas, la tan popular distancia de seguridad, en ocasiones, será una barrera que los profesionales del rescate tendrán que franquear cuando se trate de salvar una vida. Dos metros pueden ser un paso entre la vida y la muerte. En los casos en los que haya que burlar la distancia entre víctima y socorrista, se colocará algún material entre ellos. Tampoco podrán enfrentar sus caras para así reducir el riesgo de contagio.
Sin boca a boca
Ante estas limitaciones, los usuarios tienen que ser más responsables que nunca en el agua. Los socorristas ahora no pueden realizar el boca a boca para reanimar. Solo podrán ejecutar compresiones en el pecho y no deberán insuflar oxígeno a la víctima. Entre las técnicas que se han adoptado para suplir esta limitación destaca el ‘balón resucitador’. Se trata de una especie de mascarilla que se pone al usuario, y que lleva un balón que con la presión expulsa aire. En casos extremos y bajo prescripción médica también podrán hacer uso de una botella de oxígeno.
Unas medidas excepcionales en una situación que requiere de respeto y sensatez por parte de todos los bañistas. Podemos disfrutar del verano y de las playas de nuestra capital y provincia si todos ponemos nuestro granito de arena en esta playa llamada ‘nueva normalidad’.