Ricardo Romero: “Kuver y la EADCA están haciendo una gran labor por el teatro”

Los actores almerienses reclaman recuperar la vieja costumbre de ir al teatro

El profesor de la Escuela de Arte Dramático y Cine de Almería, Ricardo Romero, vuelve a la provincia para enseñar a los alumnos de primero las experiencias y habilidades de las artes escénicas. Recuperar la cultura de ir a obras de teatro y otras actuaciones en directo, es fundamental para no perder el talento de las futuras promesas del cine y del teatro.

¿Cuál es tu papel?

Estoy muy orgulloso de formar parte del profesorado de la EADCA y muy agradecido a prestarme esta primera oportunidad como docente, y más que haya sido en Almería.

El reto de dar una asignatura como técnica vocal es todo un honor y hay que estar a la altura. Conciliar cuerpo y cabeza para conseguir un mejor uso de la voz propia es nuestro principal objetivo. Hay mucho trabajo de cuerpo y de los aparatos que intervienen en la fonación. Eso hace que yo tenga que estar a un nivel, la exigencia de ser profesor empieza por mí.

Los actores somos embajadores de nuestra lengua, conocerla es nuestra pasión. Así combinamos los ejercicios entre una parte teórica y otra práctica, ya que, como hablamos, es como nos movemos y accionamos el pensamiento.

Mi libro de cabecera en esta materia es ‘La voz y el actor’, escrito por una eminencia en la materia, Cicely Berry, y traducido por Vicente Fuentes, otra eminencia.

Para todo hay una primera vez

¿Cómo llegaste al mundo de la interpretación, del cine y del teatro?

Yo empecé leyendo a Lorca. En el instituto llegaron las clases de teatro, poner en escena aquellas lecturas me fascinó. Llegué a escribir una obra de teatro junto con un amigo y la llegamos a representar, ya me había hecho fanático.

Por aquel entonces, estaba recién llegado a Almería, así que compaginé mis estudios de filología hispánica con el montaje de Fausto de Goethe’. Era una versión que escribió y dirigió Antonio Fernández, para el Aula de Teatro de la UAL.

Almería llevaba años siendo un hervidero de teatro por todos lugares, tenía unos activos montajes de la mano de artistas conocidos por todos los almerienses. Fue muy loco y muy divertido, hice bastante café teatro. De hecho, actué en una versión de ‘La importancia de llamarse Ernesto’ para café teatro.

Con un jovencísimo Ricardo Arqueros que versionó, dirigió y actuó. También, hice recitales de poesía y música en distintos locales de la provincia. Y lo más curioso, es que podía vivir de ello. Aun así, decidí irme a Madrid a estudiar mi licenciatura en arte dramático por la RESAD.

Cambio de rumbo en la vida de Ricardo Romero

¿Cuál ha sido tu recorrido como actor y cómo llegaste a dedicarte a la docencia?

Mi decisión de estudiar la técnica de la interpretación en Madrid vino tras conocer a Stanislavski y Layton, de la mano de Kai, director del aula de teatro por aquel entonces.

Fui a Madrid a estudiar en la RESAD, y formé parte de un elenco de actores y actrices deseosos de aprender a crear una caja bien armada de herramientas gracias a grandes profesionales.  Por ejemplo, en la voz con Vicente Fuentes y Vicente León. Y en interpretación con un gran maestro, Mariano Gracia. Con el que aprendí, entre otras técnicas, la de Michael Chejov, muy presente en mi recorrido.

De lo que me siento más exitoso es de sentirme honesto y satisfecho con el trabajo interpretativo que he desarrollado profesionalmente en teatro y cámara. Quizás, por eso llevo todos estos años en los que salí de la escuela incorporando en lo que hago lo que me enseñaron.

Hubo que desaprender y hubo momentos en los que me perdí en trabajos para sobrevivir. De tanta vida urbanita me cansé y me vine para acá, donde empecé a trabajar y estudiar para la docencia en la preparación y la formación del actor profesional. Desde el principio la importancia del profesional docente en las artes escénicas es algo que aprendí muy bien. Ahora siento que es el momento de desarrollarlo, transmitir el legado que me dieron.

¿Cómo han sido tus años de formación y trabajo en Madrid?

En la escuela teníamos un microuniverso, nos pasábamos todo el día allí. Clases de interpretación, clases de expresión corporal, clases de voz, clases de verso, clases de teoría, clases de esgrima… Nos pusimos en forma, aunque fueron cuatro años dedicados exclusivos a la formación.

En el 2011 compaginé escuela con la gira de una obra de teatro en una compañía con la que fuimos nominados a los Max como mejor espectáculo revelación. Rodé con el mismo director, Toni López, varios cortos que han sido premiados en numerosas ocasiones y con el que creé un personaje con el que me siento muy satisfecho, ‘Incómodo, el cortometraje‘.

Cuatro compañeros de clases formamos una compañía de comedia donde los cuatro miembros nos escribíamos, dirigíamos y actuábamos durante más de cuatro años, Baujaus Project. Estuvimos en escenarios tan alternativos como el ‘Picnic’ en Malasaña, en salas off como La escalera de Jacob’ en Lavapiés y la sala Salmantina Espacio al margen’. Actué en el off del festival de Almagro con Fuenteovejuna haciendo del Comendador.

En los últimos años, empecé a plantearme impartir seminarios, nunca encontré el momento. Realizar una programación sobre técnica vocal para estudiantes de primero, en esta escuela, me ha dado la gran oportunidad de trabajar como docente en la preparación y formación de actores, un sueño que deseaba cumplir.

El 13 y el 14 de diciembre de 2019 impartiré un curso de 8 horas en el aula de teatro de la UAL. Este curso consistirá en un acercamiento a la técnica de Michael Chejov, en concreto a dos elementos: el gesto psicológico y las atmósferas.

Ricardo Romero vuelve a Almería

¿Cómo has visto a Almería a tu vuelta? ¿Qué echas en falta a nivel escénico? ¿Qué sería importante conseguir en los próximos años?

Muy cambiada pero acogedora como es ella siempre. Algo bonito está pasando al regreso de almerienses que fueron a estudiar o a desarrollarse laboralmente y han vuelto o vuelven por un tiempo.

Cada vez se realizan más rodajes en esta tierra y la programación cultural es muy interesante en toda la provincia. Encontrarme una escuela como ésta, ha hecho sentirme muy feliz. Kuver Producciones y la EADCA están haciendo una gran labor por el teatro en todas las edades y de diferentes maneras de implicación.

Es muy importante recuperar en la sociedad la seriedad que tiene un trabajo en las artes escénicas que parece siempre fácil. El pensamiento que existe es que solo hay que ser guapo y estar en el lugar adecuado, luego, la realidad no es así.

Eso echo en falta a nivel escénico, que haya más movimiento profesional y que entendamos que el teatro es un alimento fundamental para nuestras mentes y nuestras emociones. En esto, espero implicarme ahora que estoy aquí, ahora que formo parte de una productora como Kuver, que soy docente en la EADCA que está en los cimientos de en un maravilloso teatro histórico como es el Teatro Cervantes.

El futuro del teatro

¿Qué proyecto tienes preparado hacer con tus alumnos?

Estaremos atentos a lo que van trabajando en interpretación o en otras asignaturas y el trabajo que hayan hecho en nuestras clases se reflejará. De momento es pronto o me parece pronto hacer un proyecto escénico. El proyecto es que ellas experimenten y se permitan vivir los ejercicios y entrenamientos en clase. Lo más importante es que consigan hacerse de una buena caja de herramientas.

¿Crees que el teatro está valorado como se merece? ¿Qué alternativas propones?

Siento decir con mucha tristeza que no lo suficiente. El teatro es parte del alma y del cuerpo de nuestra sociedad. La asignatura de teatro debería estar en las programaciones educativas como asignatura obligatoria en colegios e institutos. Igual que la asignatura de música debería tener más presencia. Es lamentable esto, si fuéramos conocedores de los beneficios de estas materias no habría que decirlo.

Estoy implicado en la docencia y además preparo un musical de mimo y monólogos. Es necesario acudir al teatro y al cine en versión original.

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