Receta de Ajo Colorao con raya al jengibre

Receta típica del Levante almeriense con un twist cítrico

El Ajo Colorao es una receta típica del Levante de Almería muy refrescante para días de primavera y verano. Es una receta humilde, que antiguamente preparaban las mujeres de los pescadores de la zona con patatas, cebolla, pimiento seco y pescado. Normalmente se utilizaba raya, un pescado cuya carne es cartilaginosa y más difícil de obtener que la de otros pescados, por lo que tenía poca salida comercial y se quedaba en las familias de pescadores. También se puede acompañar de bacalao desmigado o de bacalao ahumado.

A la receta típica yo le añado un poco de jengibre fresco, ya que sus notas cítricas acompañan a la perfección la carne de este pescado blanco y las patatas en puré.

Ingredientes (Para 6 personas)

Elaboración del ajo colorao

Se ponen a cocer las patatas (peladas y partidas en dos o tres trozos) junto con los pimientos secos, el tomate y la cebolla hasta que las patatas estén tiernas. En los últimos 10 minutos de cocción se añade la raya y la mitad del jengibre. Se saca el pescado de la olla y se reserva. Mientras, se majan en un mortero los dientes de ajo, con un poco de sal y el comino. Al final de la cocción, añadir a este majao la carne de los pimientos secos.

En un robot de cocina (o con batidora o machacando con un tenedor) Triturar las patatas, el tomate y la cebolla con un poco del caldo de la cocción. Se añade el majao del mortero, el pimentón, el azafrán y un poco de aceite de oliva. Se sigue triturando hasta que quede un puré fino. Mientras se tritura se puede añadir aceite de oliva en hilillo, poco a poco, para que se mezcle bien con el ajo colorao. Si fuera necesario se puede añadir más caldo para obtener la textura deseada.

Se deja enfriar y se sirve con raya desmigada por encima. El ajo colorao se puede comer caliente o del tiempo, pero como realmente se aprecia este plato es bien frío, como un salmorejo. Unos trozos de pan tostado (la tradición los pide de panizo) o pimientos asados son un acompañamiento perfecto. El jengibre sobrante se puede rallar fresco al servir el plato, para aportar notas cítricas intensas al conjunto. Ojo, es muy saciante.

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