“Almería… jamás te olvida el que a mirarte llega” (Francisco Villaespesa)

El poeta alpujarreño fue iniciador y difusor del modernismo español

Francisco Villaespesa (Laujar de Andarax, 1877 – Madrid, 1936) fue un poeta, periodista, dramaturgo y novelista almeriense iniciador y difusor del modernismo español.

Su obra es muy extensa, escribió 51 libros de poemas, 25 obras teatrales y algunas novelas cortas. Se le reconoce, entre otros, a Rubén Darío como su más fiel discípulo.

Una de las Bibliotecas más importantes de la capital almeriense, un Colegio de El Parador de las Hortichuelas y una calle de El Ejido y otra en Madrid llevan su nombre.

Fco. Villaespesa. Fuente: Wikimedia Commons

El primer poemario de Francisco Villaespesa

Se tituló ‘Intimidades. Flores de Almendro’. El prólogo fue escrito por Pompeyo Gener, un publicista y dramaturgo español. Conoció a Francisco Villaespesa en Madrid y lo cuenta con estas palabras:

“[…] un amigo me presentó a este poeta andaluz en la cervecería que está al lado del teatro de la Comedia. Entonces él era muy joven, y con otros jóvenes intelectuales redactaban una revista titulada Renacimiento Latino. Me mostró un par de números en que había versos suyos, y vi en él un verdadero poeta.

[…] Tal es Villaespesa, poeta atávico, soñador, romántico, oriental, con todos los refinamientos de las civilizaciones esplendorosas a punto de agotarse, que anda cantando amor y recuerdos, perdido en un presente que no es el suyo”.

La revista Renacimiento Latino estaba co-dirigida por el poeta Francisco Villaespesa y el novelista portugués Abel Botelho (1854-1917).

Cubierta de
Renacimiento Latino,
año I, núm. 1, abril de 1905.
Biblioteca de Catalunya.

ALMERÍA

Surges del mar como la Venus griega.

En la falda de un monte reclinada,

semejas odalisca enamorada

que a los delirios de su amor se entrega.

Verde alfombra te da tu fértil vega

de rosas y azahares perfumada,

y como igual que tu mujer no hay nada,

jamás te olvida el que a mirarte llega.

Embriagadora atmósfera respiras;

un cielo siempre azul te da su velo,

y en el espejo de tu mar te miras…

Y eres noble ciudad tan hechicera,

que por ti seducida, de tu suelo

no se aleja jamás la Primavera!

Intimidades. Flores de Almendro (1916)

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