Imagina que, sin comerlo ni beberlo, pasas de disfrutar un buen día de sol y playa a rescatar a dos náufragos que quedan a su suerte en medio del mar en la Isleta del Moro. Esto es lo que le pasó a Ramón y Víctor, dos amantes de la salinidad que nunca imaginarían pescar algo más gordo y pesado a lo que están acostumbrados encontrar en el mar.
Ramón cuenta en su canal de YouTube la hazaña que vivieron en primera persona. “Su boté volcó y uno de ellos decía no saber nadar. Al escuchar la llamada de auxilio fuimos rápidamente a ayudarlos. No podíamos ni imaginar la situación que nos íbamos a encontrar”.
Un naufragio con final feliz
Posiblemente hablemos del rescate más surrealista de la historia. Ramón y Víctor, al escuchar gritos de «socorro» deciden acercarse al lugar. Los náufragos llevaban la embarcación sobrecargada de listones de madera, “y al menos uno de ellos tenía signos evidentes de haber bebido alcohol”, anunciando un trágico desenlace que en nada bueno podía acabar. Mientras uno de los náufragos intentaba luchar por sacar a flote el bote del agua de la Isleta del Moro, el otro, agarrado a una boya, temía por su vida al no saber nadar. O, al menos, eso afirmaba.
Los pescadores suben a este último a la lancha para ponerlo a salvo. Pero su miedo al mar es vencido por su amor a las cervezas que terminaron flotando en el hundimiento, intentando pescar una de ellas con un remo. Para sorpresa de los pescadores, el hombre que no sabía nadar se tira ‘pato al agua’ para ayudar a su amigo, que aún sigue queriendo darle la vuelta al bote.
Intento tras intento, siguen sin ser capaces de salvar la embarcación, así que deciden remolcarlo hasta la orilla más cercana de esta localidad. Ramón termina esta aventura aconsejando a la gente que no debería cometer imprudencias en el mar. Puede ser muy peligroso tanto para nosotros como para los demás barcos, bañistas, salvamento, etc.