Mojácar, situado en lo alto de una colina y abrazado por el mar Mediterráneo, es uno de los pueblos más emblemáticos de la provincia de Almería. Con sus casas encaladas, sus calles estrechas y sus balcones adornados con buganvillas, Mojácar refleja a la perfección la esencia de los pueblos andaluces.
El casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es un laberinto de callejones que invita a perderse. Entre sus puntos más destacados se encuentran la Plaza Nueva, un mirador con vistas espectaculares al valle y las montañas cercanas, y la Fuente Mora, símbolo del legado árabe del pueblo. No podemos olvidar la figura del Indalo, un antiguo símbolo de protección que hoy representa a toda la provincia de Almería.
Turismo y naturaleza
Mojácar también es un paraíso para los amantes de la naturaleza. A solo unos minutos se encuentran playas vírgenes como la de Macenas o el Cantal, ideales para desconectar. Además, la cercanía al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar permite explorar rutas de senderismo y paisajes volcánicos únicos.
Fiestas y tradiciones
Entre las festividades más importantes destacan las fiestas de Moros y Cristianos, celebradas en junio, que llenan el pueblo de color, música y representaciones históricas. Otra celebración destacada es la Romería de San Isidro, en mayo, donde vecinos y visitantes disfrutan de un ambiente festivo y tradicional.
Gastronomía local
La oferta gastronómica de Mojácar es un regalo para el paladar. Platos como el ajo colorao, la fritada de pulpo o el arroz a la almeriense destacan entre las especialidades locales. Además, los dulces típicos como las tortas de manteca y los roscos de anís son una delicia que no puedes dejar de probar.
Mojácar es mucho más que un destino turístico; es una experiencia que combina historia, cultura, naturaleza y sabor, convirtiéndolo en un lugar imprescindible en cualquier visita a Almería.