Grupo 7, La Isla Mínima y El Hombre de las mil caras, ¿te suenan estos títulos de las carteleras? Pues todos ellos tienen un nombre en común: Manuela Ocón. La directora de producción onubense es un referente en el panorama cinematográfico nacional. Los alumnos de la Universidad de Almería (UAL) han tenido la suerte de aprender de ella en el ‘IV Taller de Cine Filming Almería: El proceso de realización de una película’. Junto al director Alberto Rodríguez, ha explicado el proceso de realización de una película desde su fase creativa hasta su estreno y promoción. Un curso muy interesante en el que, desde Almería is Different, hemos querido profundizar y conocer un poco más de la labor de esta poderosa mujer, que se ha hecho un hueco en un gremio en el que la desigualdad de género está presente.
¿Cómo ha sido la acogida y cuáles son las percepciones en el ecuador del IV taller de cine de verano de la Universidad de Almería?
Es un curso muy interesante porque los participantes son bastante heterogéneos, aunque a todos les mueve la curiosidad y el ánimo de saber cómo se hacen las películas. Tenemos desde estudiantes de primer curso de comunicación audiovisual a personas que ya tienen su propia empresa y producen. O sea que el reto es alto, pero también muy interesante por la variedad.
¿Cuál es el punto más difícil en el proceso de realización de una película?
Tener el equilibrio presupuestario y poder utilizar los recursos de forma que quede la mejor película posible, y que se cumplan las expectativas tanto del director como del productor. Y por supuesto la satisfacción que queda de haber hecho una película que te guste, aunque eso no siempre se puede hacer. También, el hecho de ser capaces de preparar muy bien una película por si surge algún imprevisto, creo que es la parte más compleja.
¿El proceso varía dependiendo del género cinematográfico?
Cada guión es un prototipo y no solamente es una cuestión de género sino de guión. Lo que sí está claro es que hay retos que son más complejos o más costosos: cuando tienes una película de época, o tienes mucha figuración… O sea, hay una serie de datos que sí te indican que una película puede ser más compleja, pero no tiene por qué ver con el género.
La mujer en el cine
¿Hay desigualdad de género en el proceso de a la hora de abordar un trabajo de estas características?
La desigualdad de género viene, sobre todo, del equipo directivo. Es decir, hay una minoría de mujeres directoras, productoras y guionistas. A partir de ahí, teniendo en cuenta el índice de feminización que es que más mujeres atraen a más mujeres, ya se parte de una desigualdad de género que probablemente provoque que haya menos mujeres. Todo esto al margen de otras cuestiones generales que no están solamente en el cine, sino en todas las empresas. La realización de películas es muy difícil de compatibilizar con una vida familiar y con toda una situación de los cuidados, y eso repercute directamente en las mujeres. Así que la desigualdad de género está garantizada.
¿Se han observado cambios con respecto a la presencia femenina en el cine en los últimos años?
Hay cambios porque, por ejemplo, a nivel legal entró en vigor la Ley de Igualdad, que favorece que se establezcan medidas que ayuden a paliar la desigualdad de género. Ha surtido efecto porque hay más mujeres en puestos directivos, pero no sé si está relacionado con esto porque no sé si hay datos que establezcan la relación. Creo que es una cuestión transversal, y que hay que hacer mucho más para que la igualdad tenga lugar. Me refiero a que tiene que haber una responsabilidad empresarial más allá de las administraciones, que nos han dotado de las leyes. Las empresas tienen que ser conscientes de la situación de los cuidados, de forma que estén más repartidos y las mujeres tengan más oportunidades.
¿Cuánto tiempo puede pasar desde que tienes la idea hasta que se materializa la película?
Le puedes calcular fácil un par de años. Desde que un guionista-director empieza a escribir un guion hasta que este se empieza a producir, preparar, rodar y posproducir. A un nivel profesional y una película “media” se tarda ese tiempo seguro, y eso si todo va bien. Por supuesto varía muchísimo de un proyecto a otro, porque hay veces que se escribe un guion y hasta que se hace pueden pasar tres años. Tiene un proceso que, además, es inevitable porque escribes, buscas la financiación, haces un plan de financiación, conceden las ayudas, etc. Es un proceso muy artesanal que, desde que arrancas hasta que terminas de postproducir, va en cadena y es lento. Evidentemente también depende mucho del proyecto, las semanas rodaje y muchísimos factores.
Rodar con pocos medios es posible
Si alguno de los universitarios que están cursando el taller quisiera dedicarse ahora al cine, ¿qué le dirías? ¿Hay hueco para nuevas promesas?
Yo creo que el audiovisual es uno de los trabajos más demandados ahora mismo porque todo se explica en imágenes, aunque no necesariamente en cine. Quizás el cine de ficción es un grupo más reducido, pero el sector audiovisual pienso que da bastante trabajo. También es cierto que el cine es un trabajo muchísimo más vocacional, y que requiere un esfuerzo grande para poder llegar a trabajar en él. Yo lo que les recomendaría es que rueden porque ahora mismo hay los medios suficientes, con un móvil se puede hacer. También que se den a conocer y participen en festivales de cortos, y que estén atentos a las prácticas de la universidad. Yo en mis últimas películas he contado con varios becarios que luego han ido trabajando con nosotros. Consiste en moverse mucho, conocer a mucha gente y establecer unas buenas redes.
Fortaleza del sector audiovisual
¿Cómo ha afectado el coronavirus al gremio?
Le ha afectado de lleno porque nuestro trabajo es de equipo, de multitudes bien juntitas, y ya sabemos que eso es difícil de llevar con todos los planes de prevención de riesgos laborales que hay. Esto no quiere decir que no se esté rodando, que se está haciendo con todo el cuidado posible. Pero tenemos un problema serio porque las pandemias no están cubiertas por los seguros, con lo cual el riesgo es muchísimo más alto ahora mismo a la hora de rodar.
No me refiero a la responsabilidad civil, sino al seguro de buen fin que te cubre en el caso de que haya algún accidente o algún problema en rodaje. En este caso, la pandemia no está cubierta y esto quiere decir que el riesgo de rodaje es más alto y hay bastante incertidumbre. Ahora bien, yo soy muy optimista porque creo que el audiovisual no va a caer. El riesgo está presente pero poco a poco aprenderemos a convivir con esta situación.
Almería es tierra de cine, ¿alguna experiencia cinematográfica en la provincia?
No he rodado películas completas, pero ahora en la serie de ‘La Peste’ en la segunda temporada he rodado el desembarco en una playa. En la película de ‘Toro’ también rodamos en Almería, y probablemente en alguna más que ahora mismo no recuerdo. Pero si es cierto que Almería tiene una orografía, un paisaje y unas facilidades con los profesionales y proveedores, que hacen que rodar aquí sea bueno para todos. Almería es un buen sitio para rodar por muchos motivos. Los paisajes de Almería son únicos porque encuentras a muy pocos kilómetros de distancia paisajes muy diferentes que ayudan a organizar muy bien las producciones. Almería es un plató de cine, pero creo que tiene un plus y es que cada vez está más profesionalizado y hay más industria audiovisual.