Los trucos de toda la vida para mantener tu suelo como los chorros del oro

Llegar a casa y encontrarte con el suelo limpio no es importante solo por la estética o por el placer que pueda producirnos ese olor a friegasuelos que da sensación de frescura. También lo es para que la suciedad no dañe nuestra salud y, mucho menos, la de los alérgenos. En el caso de las personas alérgicas, hay que tener en cuenta lo que puede evitarles una buena limpieza, ya que los suelos están expuestos a mucha suciedad y el polvo afecta gravemente a aquellos que padecen enfermedades respiratorias. Por eso, Prosal, una de las empresas líderes en limpieza nos da algunas de las claves para mantenerlos de la mejor forma posible.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que aunque creamos que hemos limpiado bien, si queda algún tipo de mancha o marca de agua en éstos es porque no hemos efectuado el aseo como debíamos hacerlo. Para asegurarnos de que el terreno está 100% limpio lo primero que tenemos que hacer es barrerlo o aspirarlo. Con esto conseguiremos quitar todos los residuos acumulados y el polvo que se va generando. En esta primera acción hay que tener en cuenta el tipo de suelo, ya que de ésto dependerá el utilizar aspirador, mopa o cepillo.

El segundo paso es el de fregar, aquí es fundamental que el producto que añadimos al agua desinfecte, y si no lo hace hay que diluirlo con otro antibacteriano. «También puedes seguir el truco de las abuelas, que siempre llevan la razón, se puede poner al cubo de agua un poco de vinagre, que hace que los suelos se queden brillantes, sin manchas y desinfectados», afirman desde Prosal.

Para terminar toca frotar. Esto se hace para que las manchas que pueda haber de grasa queden eliminadas completamente. Una solución para aplicar ante esto es la de mezclar vinagre con bicarbonato y darle al suelo con un cepillo. Para terminar, se escurre bien la fregona y se pasa por la superficie para dejarla como los chorros del oro.

Suelos de madera

Como excepción cabe mencionar la limpieza de los suelos de madera. Éstos deben tratarse con precaución ya que necesitan cuidados especiales. Requieren un poco más de limpieza, pues es importante barrerlos constantemente para que la suciedad no se incruste en las pequeñas hendiduras. Además, para que esto no ocurra también se recomienda aspirar las tablas de madera. Con frecuencia se hay que encerarlos, a no ser que tengan madera sellada y únicamente haya que echarles agua.

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