‘La Chanca. Un barrio en imágenes’ amplía fechas en Doña Pakyta

Las obras expuestas son de los artistas almerienses Jesús de Perceval, Carlos Pérez Siquier, Miguel Cantón Checa y Miguel Martínez

El barrio de La Chanca se agazapa a sus pies (de la Alcazaba), luminoso y blanco, como una invención de los sentidos. En lo hondo de la hoya las casucas parecen un juego de dados, arrojado allí caprichosamente. La violencia geológica, la desnudez del paisaje son sobrecogedoras. Diminutas, rectangulares, las chozas trepan por la pendiente y se engastan en la geografía quebrada del monte, talladas como canbunclos”. Así definía el escritor Juan Goytisolo en 1962 el barrio de La Chanca. Un ‘dibujo’ literario que queda plasmado en su lado gráfico con ‘La Chanca. Un barrio en imágenes’, la microexposición que prorroga su estancia en el Museo de Arte ‘Doña Pakyta’ hasta el próximo 25 de febrero.

Se trata de una exposición de pintura y fotografía con el tema común del barrio almeriense de La Chanca. Se exponen un total de 4 fotografías y 6 cuadros (óleos). Las obras expuestas son de los artistas almerienses Jesús de Perceval, Carlos Pérez Siquier, Miguel Cantón Checa y Miguel Martínez, pertenecientes a colecciones particulares de Pérez Martínez, Aranda Ibáñez, Tamayo Peña, Martín Moreno y Francisco Salmerón, así como al Legado Bartolomé Marín y la colección del Museo Ibáñez de Olula del Río (Almería).

La Chanca: un barrio repleto de arte

Además del texto de Goytisolo, el díptico conmemorativo de la muestra recoge las palabras de José Ángel Tapia en 1970. “Desde la orilla de la mar, desde el lecho mismo de la rambla, convertida en la avenida más bonita de la ciudad, arrancan las calles en ordenadas hileras de casas humildes; pronto comienzan a torcerse, adaptándose al terreno para acabar desflecándose en grupos sueltos, en casas aisladas, por las barrancas y los cerrillos desprendidos de la sierra, hasta alcanzar las cornisas más altas y festonearlas de cuevas. Parece el lienzo revuelto de un pintor loco, que hubiera mezclado miles de cubos de quebradas esquinas con los colores más vivos de su imaginación”.

Por ello, la microexposición del Museo de Arte ‘Doña Pakyta’ es todo un viaje en el tiempo, a la visión cruda y colorista del histórico barrio.

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