Amanecía en Almería el 11 de septiembre de 1891. El cielo barruntaba lluvia y vaya que si llovió. La capital soportó una gran tormenta que dejó más de 158 litros de agua y provocó importantes pérdidas humanas y materiales. Pero no solo Almería sufrió aquel día. Adra perdió prácticamente su vega y y la ciudad de Albox quedó totalmente destrozada.
En la capital varias personas fallecieron por culpa de la riada, otras desparecieron y muchas sufrieron heridas al ser arrastrada por el agua. El periodista Eduardo del Pino lo cuenta en su blog: “La gran tormenta del once de septiembre dejó malheridos a los barrios más humildes, donde las aguas anegaron las calles y el interior de las viviendas”.
De aquellas riadas que destrozaron edificios y vidas hoy solo queda el recuerdo. Bueno…y algo más. Al margen de los artículos en la prensa local que recuerdan la tragedia, si paseamos por Almería encontramos algunos “homenajes” a lo ocurrido aquel año. Uno de ellos es la pastelería ‘El 11 de Septiembre’, establecimiento que iba a ser inaugurado ese día pero el desastre lo impidió. Sus propietarios decidieron ponerle este nombre para recordar siempre aquella terrible fecha.
La Caridad Universal
Otro de los homenajes que quedan en el paisaje de la ciudad es la estatua que saluda a los almerienses en la Avenida Federico García Lorca, en la Plaza de las Velas. Es la ‘Estatua de la Caridad’, una mujer que abraza a un niño, sostiene en brazos a otro y en su mano muestra un pergamino con le fecha ‘1891’. Simboliza a la Caridad Universal.
Fue la Reina María Cristina la que pidió que se construyera esta estatua y el escultor almeriense Luis Fernández el encargado de elaborarla y cobrar poco más de cinco mil pesetas de la época por ello.
Al parecer, a sus pies, y oculto entre los sillares, se introdujo un tubo de plomo a modo de ‘cápsula del tiempo’, tal y como cuenta Manuel Artero en La Voz de Almería. En este tubo, además de “un ejemplar de la “Gaceta de Madrid”, del 16 de septiembre de 1891 y unas monedas de plata con el busto de Don Alfonso XIII” también se introdujo un texto que narraba el suceso y explicaba las obras de encauzamiento de la rambla.
A día de hoy, todavía hay quien deja flores a los pies del monumento cuando llega el mes de septiembre.