Reciclar es una acción necesaria también en la industria textil. La moda es la segunda industria más contaminante del mundo, y todos los días llegan toneladas de ropa a los vertederos y mares. Por este motivo, algunas grandes cadenas como H&M están realizando programas de recogida de ropa para reducir el impacto medioambiental y alargar la vida de las prendas al máximo. Pero no se trata de una idea innovadora, sino que el reciclaje de ropa vieja era algo habitual hace cientos de años y en Almería tiene un nombre propio: la jarapa.
La jarapa es una manta tejida con tiras de algodón, poliéster u otras fibras que se elabora con retales de ropa usada. Las telas en desuso se reciclan y obtienen un nuevo formato que, antiguamente, servía para todo. Como esterillas, manteles, ropa, sábanas, incluso los somieres se cubrían con jarapas para proteger el colchón de los muelles.
Precisamente el nombre procede de su elaboración con ‘harapos’ reciclados. De esta palabra surge ‘jarapa’, tras dejar de lado la h y sustituirla por la “j” propia de nuestro dialecto. Actualmente, para su elaboración en los pocos talleres que quedan en la provincia, se emplean los retales sobrantes de fábricas textiles. Con ellos, se rellena una canilla haciendo un ovillo que se inserta en el telar en el que se tejerá nuestra jarapa.
La jarapa como sello de Almería
La artesanía de Almería no es muy conocida, pero la jarapa es casi el uno de los pocos productos textiles tradicionales que quedan en la provincia. Níjar es una de las principales poblaciones dedicadas a la jarapa, siendo un elemento de gran interés para los viajeros que visitan el municipio.
Hoy en día las jarapas se utilizan, sobre todo, de alfombras. De hecho, son un elemento decorativo muy a la moda tanto en espacios de interior como de exterior. Las podemos encontrar en los grandes establecimientos de decoración, donde el tradicional sello almeriense se une con la tradición.