
La Junta de Andalucía ha presentado una guía realizada por la Universidad de Almería para el uso inteligente, óptimo y saludable de las nuevas tecnologías en familia. Entre las personas que han trabajado en la elaboración de este proyecto para las TIC se encuentra Inma Gómez, catedrática de la UAL y su equipo de investigación.
Se trata de una herramienta que va a ayudar a los padres a actuar con sus hijos en todo lo relacionado con la tecnología y buen uso. “Los padres a veces están desorientados en cómo manejar esto que puede influir en problemas de conducta y emocionales en sus hijos”, asegura la catedrática.
Inma Gómez explica que este tema no solamente preocupa a los padres y a la universidad sino que es un proyecto que surge en 2019 como un encargo por parte de la Dirección General de Infancia que depende de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales. Por lo que es un interés de la Junta de Andalucia. Desde este organismo contactan con el grupo de investigación de la catedrática a través de la directora del proyecto, Alma Martínez. Esta es psicóloga clínica en el Hospital Universitario Torrecárdenas, miembro de dicho grupo de investigación y por lo tanto, colaboradora de la UAL.
El objetivo es divulgar la guía incluso, desde unidades de pediatría pero el foco principal está puesto en el ámbito de educación. El objetivo es que a partir de esta guía se cree un material específico para poder formar a padres, madres y profesores dentro de los propios institutos. Está creada para orientar a niños de entre 6 y 16 años.
La guía
Inma Gómez relata que la guía de ayuda del uso de las TIC está formada por tres partes. La primera está basada en recomendaciones para la familia, para que los padres puedan detectar señales de alarma. Uno de los objetivos, de la investigación llevada a cabo era ver la incidencia de los posibles factores de riesgo de adicción a las TIC. Estas señales de alarma avisan de un enganche que puede dar lugar a problemas mayores. “Hemos podido comprobar que en el uso inadecuado de ellas, no es un dato que nos preocupe en el sentido del rendimiento académico o a comportamientos y problemas emocionales. Pero sí hay factores de riesgo que tienen que preocupar. Sobre todo es algo preventivo para la salud”, aclara Gómez.
Por otro lado hay un aparte dirigida a los adolescentes. Tras la investigación realizada para esta guía de las TIC, los adolescentes han notado que necesitan un apoyo porque les cuesta desengancharse del móvil y les cuesta ponerse a estudiar. Cada vez les apetece menos la vida social que no vaya a través de las redes y algunos explícitamente piden ayuda y formación.
Finalmente, hay una última parte en la guía dedicada a las administraciones. En esta hay muchas recomendaciones para los institutos. Partiendo desde qué papel tiene que todos los deberes puedan ser a través de Whatsapp, cómo compaginar las tic con el papel y lápiz. «Se habla también de posibles sanciones a quien pueda promover o mirar para un lado cuando vea que un adolescente usa las tic para hacer daño a otras personas, aunque no se llegue a los niveles del ‘ciberbullying’.