El diablo pastorea

Una buena mañana del 30 de enero de 1972, a las diez y media, Jessica Podelski, una niña de 12 años de Little Rock, estado de Arkansas, fue poseída por el diablo mientras se dirigía al patio del colegio a comerse los donuts que su madre había puesto, como cada mañana, en su pequeña mochila. Jessica, una niña normal y corriente, amante de su familia y amigos, comenzó, nada más llegar a casa, a demostrar una actitud muy extraña. Reproducimos la conversación de aquella mañana entre la pequeña Jessica Podelski y su madre.

Algunos científicos aseguran que éste es uno de los casos de posesión más breves de la historia, no llegó a las tres horas. Al diablo, como se suele decir, no le dio tiempo ni a deshacer las maletas dentro de aquel cuerpo. Se le vio salir como alma que llevaba él mismo por uno de los conductos de la extracción de humos de la cocina del pequeño domicilio familiar donde Jessica vivía con sus padres y sus siete hermanos.

Por eso el diablo pastorea, se inmiscuye, surca sigiloso todos los caminos y mira con detenimiento a los débiles. Unas veces con más acierto que otras. Es mejor ser equilibrado para que esto no suceda, y darse a lo natural, como por ejemplo al ging seng.

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