Hasta el interior, escondido bajo las ramas de árboles o tras formaciones rocosas que permiten recorrer con certeza el pasado, llegan también los rayos de sol característicos de una provincia en la que los nubarrones pasan de largo. Más de 3.000 horas de sol al año para disfrutar de las entrañas más hermosas y aventureras de una provincia, en la que el paso de tiempo ha dejado su impronta.
Recorrer Almería supone también reencontrarse con uno mismo, con la parte más indómita, esa con la que no estamos acostumbrados a tratar. En este sentido, la provincia ofrece incontables posibilidades. El turismo activo nace con el objetivo de poner sobre la mesa planes e iniciativas diferentes en las que el sol es un secundario que no hace sino aportar belleza a los miles de atractivos con los que cuenta el interior almeriense.
Por todo ello, la Diputación Provincial de Almería ha lanzado la campaña de promoción del interior del destino ‘Costa de Almería’ bajo el lema ‘Almería, el sol que necesito’. Con ella la institución subraya la excelencia de una tierra llena de contrastes, de historia, cultura, arte, tradición, gastronomía y autenticidad, con un interior sorprendente del que se puede disfrutar de forma especial en esta época del año, un destino con un plan que se ajusta a las necesidades de cada viajero donde vivirá una experiencia irrepetible.
Así, el interior almeriense permite hacer tantas actividades como imaginación tenga el visitante, bajo la estela de un paraje único; con castaños centenarios hasta senderos de agua. La Alpujarra, Los Filabres, Sierra Alhamilla Sierra Nevada, María-Los Vélez o Sierra Cabrera parecen ofrecer sus virtudes dejando al turista la elección de conocerlas mejor a través de la edad de sus bosques o por medio de la historia que deja el reguero de agua que sigue ejerciendo de banda sonora en muchos pueblos junto con el silencio y la tranquilidad.
Todos estos espacios son abrazados por ese sol que recorre a diario los cerca de 9.000 kilómetros que ocupa Almería.
Un sinfín de posibilidades en las alturas
Dejar la costa atrás en pocos minutos resulta sencillo en una provincia con tantas posibilidades. Mar y montaña o arena y nieve en las épocas más frías del año para que tanto los almerienses como los foráneos no dispongan de tiempo para aburrirse.
Así, en las zonas y localidades en las que el turismo de sol y playa no es una opción, la chimenea y las casas con encanto se han convertido en una forma más de descubrir y descubrirnos aquello hace tan especial a Almería. Con el Chullo como observador privilegiado gracias a sus 2.612 metros de altura sobre el nivel del mar, ascender hasta la cumbre se convierte en una de las actividades favoritas para los amantes de la montaña. Desde allí es posible observar La Ragua, donde, además de practicar deportes como esquí, travesía o escalada es también posible conocer su encanto a través de los senderos que recorren esta zona de alta montaña.
En la altitud se esconden también joyas con historia como Laujar de Andarax a la que da nombre el mismo río que la transita. Los senderistas pueden descubrir su historia y la de los pueblos que la rodean a través de rutas que recorren los municipios alpujarreños. En ellos es posible disfrutar del olor a la madera quemada que sale de sus casas enca ladas en las épocas más frías del año.
Ninguna ruta es igual, ya que todas ellas abordan un atractivo de la provincia; desde sus paisajes cromáticos compuestos de verde y marrón hasta el tránsito del agua algunas de las rutas más visitadas como la de la Hidroeléctrica o Monterrey. En Paterna del Río, además, destaca la Ruta del Agua o la del Castañar, una forma de conocer la historia de una localidad caracterizada por la belleza que esconde.
Otro de los grandes atractivos de la zona es también la tirolina de Bayárcal, que llama a los más aventureros a disfrutar de la velocidad que se produce al dejarse caer por el cable de 620 metros de altitud que cruza el valle. Así, esta zona, que en los últimos años se ha consolidado como una de las áreas recreativas favoritas por los almerienses, permite disfrutar de una jornada familia al tiempo que se da rienda suelta a nuestra parte más salvaje.
Dejando a un lado la altitud, otra de las áreas recreativas más demandadas en Almería desde hace décadas es la de Castala, situada en el municipio de Berja, un espacio rodeado de naturaleza en el que es posible compartir momentos únicos con familiares y amigos.
Recorrer la historia a través de turismo activo
Almería se desnuda ante cada visitante, mostrando no solo la belleza del paisaje, sino también su historia. En este sentido, la importancia del ferrocarril en la minería y, por supuesto, en el traslado y exportación de cultivos como la vid, han propiciado la creación de Vías Verdes, que suponen una opción magnífica para los amantes de las caminatas.
Destaca, así, la Vía Verde del Almanzora a su paso por Serón o la de Lucainena de las Torres, que unía a la localidad con Agua Amarga, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Estas no son, sin embargo, las únicas de la provincia, el interior está repleto de rutas que muestran los resquicios del pasado minero almeriense y que es posible recorrer en bici, a caballo o a pie.
En los últimos meses, además de los yacimientos y cuevas reconocidos como Los Millares, Terrera Ventura o Ciavieja o las pinturas rupestres de las cuevas de Ambrosio y Los Letreros se ha unido en Antas un recorrido por la cultura argárica a través de la recreación de varias casas que es posible visitar a pie.
Visitar el desierto sobre dos ruedas
Los amantes del ciclismo disponen también de un espacio único para dar a los pedales, tanto en bicicletas de carretera como de montaña. En este sentido, el número de rutas, espacios, senderos y recorridos es casi infinito, dando la oportunidad de descubrir parajes naturales montañosos en subidas como las de Calar Alto o Velefique.
También el Desierto de Tabernas y su entorno se ha convertido en un lugar único sobre el que pedalear descubriendo, sobre las dos ruedas, una amalgama de colores y espacios a través de ramblas y pistas de tierra. Asimismo, no es necesario ser un especialista para recorrer Almería en bicicleta, ya que la provincia permite también pedalear por carretera descubriendo y visitando espacios naturales de belleza singular. En este punto destacan rutas consideradas clásicas como La Tabernas- Peñón de Turrillas- Lucainena de las Torres- Tabernas.
Monumentos naturales y gastronomía
Si hay algo que caracteriza a la provincia de Almería, además del sol que acompaña a la mayor parte de sus días, es la presencia de hasta 11 Monumentos Naturales andaluces con los que cuenta la provincia. Espacios o elementos cuya singularidad o rarezas los hace únicos. Disfrutar de ellos es posible desde la libertad que aportan las diferentes modalidades deportivas y su fácil acceso, haciéndolas accesibles para las personas enamoradas del turismo activo en la provincia de Almería.
Otro de los grandes tesoros del interior de la provincia son también sus platos a través de recetas tradicionales únicas transmitidas de generación en generación y presentadas sobre platos humeantes en los días en los que las esplendorosas y cálidas temperaturas bajan para dejar paso al frío.
Localidades como Fondón, caracterizada por sus mantecados o los municipios vecinos de La Alpujarra en los que no hay nada más típico que el plato alpujarreño.
Migas, trigo o gurullos con productos de cercanía y kilómetro 0, de la marca gourmet de Diputación ‘Sabores Almería’, componen un menú que complementa a las rutas y senderos de turismo activo almeriense para finalizar las jornadas aventureras con el mejor sabor de boca posible.